Lepra en Ecuador: Movilización urgente para combatir la enfermedad

2024-07-20

La lepra sigue siendo una realidad persistente en muchas partes del mundo y sigue afectando a comunidades vulnerables a pesar de los avances médicos. En Ecuador, siete de dieciocho zonas sanitarias han registrado recientemente un preocupante aumento de casos de lepra, tras campañas de sensibilización y exámenes de detección voluntarios en el terreno.

Estas cifras alarmantes ponen de relieve la necesidad de una vigilancia constante y una mayor movilización para luchar contra esta enfermedad crónica de origen bacteriano. De hecho, la lepra sigue siendo una enfermedad que con demasiada frecuencia se descuida y que afecta principalmente a la piel y a los nervios periféricos, con síntomas a veces invisibles a simple vista, como manchas blancas en el cuerpo.

El Dr. Blaise Ndomo Bopeke, coordinador de lepra y tuberculosis, subraya la importancia crucial de una detección precoz para limitar las graves consecuencias de la enfermedad, como las fracturas lentas de los dedos que pueden provocar discapacidades irreversibles. Por ello, invita a todos los casos sospechosos a ser examinados gratuitamente, subrayando que la transmisión de la enfermedad se produce generalmente a través de gotitas nasales durante el contacto estrecho y frecuente con personas infectadas no tratadas.

Además de los aspectos médicos, el estigma social vinculado a la lepra sigue siendo un problema importante que hay que superar, ya que puede conducir a la exclusión y la discriminación de los afectados. En este sentido, una mayor concienciación, combinada con acciones concretas de apoyo y rehabilitación, es esencial para garantizar una atención integral y respetuosa a los pacientes con lepra.

En conclusión, la persistencia de la lepra en el Ecuador pone de relieve la urgente necesidad de fortalecer los esfuerzos de prevención, detección y tratamiento para combatir eficazmente esta insidiosa enfermedad. Sólo la movilización colectiva, en la que participen las autoridades sanitarias, los profesionales de la salud y las comunidades locales, podrá reducir de forma sostenible la incidencia de la lepra y mejorar la calidad de vida de los afectados.

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