**La ordenación de sacerdotes católicos en Bukavu: un compromiso de fe y servicio divino**
En un contexto marcado por la espiritualidad y la devoción, la ciudad de Bukavu fue testigo de un acontecimiento sagrado y significativo: la ordenación de dos diáconos como sacerdotes diocesanos. El arzobispo de Bukavu, mons. François Xavier Maroy, presidió esta ceremonia solemne llena de oración y alabanza, durante la cual los nuevos sacerdotes recibieron la ordenación sacerdotal, sellando así su compromiso con la fe y el servicio divino.
En el centro de esta ceremonia, el arzobispo destacó la importancia de la caridad pastoral, instando a los nuevos sacerdotes a ser modelos de generosidad y celo misionero. Los animó a alejarse de las tentaciones materiales y volverse a Dios, fuente última de su vocación y guía de su vida espiritual. Con estas palabras llenas de sabiduría y bondad, Mons. François Xavier Maroy recordó a los ordenandos la nobleza de su misión y la importancia de permanecer fieles a su vocación divina.
Para los dos diáconos que se convirtieron en sacerdotes, este día de ordenación estuvo marcado por la alegría y la gratitud a Dios por las maravillas realizadas a su favor. Expresaron gratitud al Señor por haberlos elegido para servir en Su viña, destacando que la oración había sido su principal estrategia para llegar a este día trascendental. Su llamada a los jóvenes que sienten la vocación divina a seguir su ejemplo refleja el deseo de compartir su compromiso espiritual y de animar a las nuevas generaciones a abrazar el sacerdocio con fervor y devoción.
Más allá de esta ceremonia de ordenación, Mons. François Xavier Maroy dio sabios consejos a los sacerdotes presentes, invitándolos a ser pastores cercanos a su rebaño, como los apóstoles que viajaban por las regiones para anunciar el evangelio. Les instó a no dejarse llevar por las vanidades del mundo, sino a permanecer anclados en la fe y en la misión que les ha sido confiada.
En conclusión, la ordenación de estos dos sacerdotes en Bukavu reafirma la vitalidad y la profundidad de la fe católica en la región. Este acto de consagración confirma el compromiso inquebrantable de la Iglesia con el servicio divino y la propagación de la sagrada palabra. Que estos nuevos sacerdotes sean guías espirituales inspiradores y testigos vivos de la gracia divina, guiando a su comunidad hacia la luz de la fe y el amor universal.