Fatshimetrie, 2 de agosto de 2024 – Este viernes en Kisangani, en la República Democrática del Congo, los supervivientes de la trágica «guerra de los 6 días» compartieron sus conmovedores testimonios durante la ceremonia conmemorativa del genocidio congoleño (Genocost). Estas desgarradoras historias nos remontan al horror vivido por la población de Kisangani del 5 al 19 de junio de 2000, cuando los ejércitos de Ruanda y Uganda se enfrentaron violentamente.
A través de las palabras de Théthé Soli, una mujer que perdió ambas piernas con sólo 9 años durante el bombardeo de su casa, y de Léon Kalume, que vio su vida trastornada por la invasión de las fuerzas ruandesas en Mihambwe, nos enfrentamos a la angustia y la indignación de las víctimas de estos trágicos acontecimientos. Sus llamados de ayuda y justicia resuenan poderosamente y resaltan la importancia de reconocer y reparar el sufrimiento sufrido.
La conmemoración de Genocost, organizada este año bajo el tema «Homenaje a nuestros millones de muertos», recuerda a todos la necesidad de recordar las innumerables vidas perdidas y las familias destrozadas por estos conflictos. La construcción de un monumento en Kisangani en memoria de las víctimas es un fuerte símbolo del compromiso de no olvidar nunca.
Científicos como el profesor Norbert Ngoy Mwepu y el Sr. Dieudonné Ngoie Mpanya nos invitan a romper el silencio y arrojar luz sobre las tragedias que afectan a nuestra sociedad. Su trabajo sobre la protección de los niños en tiempos de guerra en la República Democrática del Congo destaca la importancia de ser testigos y documentar estos trágicos acontecimientos para no dejarlos caer en el olvido.
En este día de conmemoración, es esencial recordar el sufrimiento pasado y comprometernos a prevenir nuevos actos de violencia y genocidio. Las palabras de sobrevivientes e investigadores resuenan como un llamado a la acción y la solidaridad para construir un futuro mejor, donde prevalezcan la paz y la justicia.
El Día Nacional del Genocoste es más que una simple conmemoración: es un recordatorio conmovedor de nuestro deber de recordar y nuestra responsabilidad hacia las víctimas de conflictos pasados y presentes. Al honrar su memoria, nos comprometemos a trabajar por un futuro en el que tragedias como estas nunca vuelvan a ocurrir.