Las implicaciones de una posible recesión inminente en Estados Unidos

La situación económica actual en Estados Unidos parece peligrosamente cercana a la recesión, lo que genera crecientes preocupaciones entre inversores y economistas. Las recientes oscilaciones del mercado de valores reflejan estos temores intensificados, exacerbados por un informe de empleo mediocre. De hecho, el 2 de agosto, la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. reveló que la creación de empleos no agrícolas aumentó solo en 114.000 en julio, lo que supone el crecimiento más débil desde diciembre de 2020 y muy por debajo de las expectativas, fijadas en 175.000.

Al mismo tiempo, la tasa de desempleo aumentó hasta el 4,3%, su nivel más alto desde octubre de 2021, superando la cifra esperada del 4,1%. Estas cifras decepcionantes provocaron un flujo hacia los bonos gubernamentales, lo que hizo que los rendimientos de referencia estuvieran por debajo del 4%.

En una declaración posterior a la publicación de los datos, el presidente Joe Biden reconoció las señales contradictorias: aunque la inflación está mostrando signos de disminución, el crecimiento del empleo se está desacelerando claramente. Este doble desafío presenta un panorama complejo para los responsables de las políticas, que deben hacer malabarismos entre la promoción del empleo y la lucha contra la inflación. La reacción del mercado a los datos de empleo pone de relieve el precario equilibrio que debe mantener la economía estadounidense. Mientras los inversores buscan refugio en activos más seguros, las implicaciones más amplias para el crecimiento económico y la estabilidad siguen siendo una preocupación apremiante.

El futuro de la economía está plagado de incertidumbre, y la dinámica del mercado refleja ansiedades subyacentes ante una posible recesión.

De manera similar, las acciones estadounidenses y mundiales cayeron después de un decepcionante informe de empleo de julio, lo que alimentó los temores de una desaceleración de la economía. Las acciones tecnológicas se vieron particularmente afectadas, dados los decepcionantes resultados trimestrales. Esto ilustra un panorama de incertidumbre, con una creación de empleo que no cumple con las expectativas.

Esta sombría noticia, combinada con los resultados trimestrales de los gigantes tecnológicos que no cumplieron con las expectativas, se cierne sobre los mercados. Los inversores están lidiando con el doble desafío de un mercado laboral tambaleante y un desempeño corporativo decepcionante. Los últimos datos sobre la creación de empleos no agrícolas en Estados Unidos han intensificado las preocupaciones sobre el panorama laboral, planteando el espectro de una recesión inminente.

Según la regla de Sahm, cuando el promedio móvil de tres meses de la tasa de desempleo aumenta un 0,5% o más desde su punto más bajo de los últimos 12 meses, la economía estadounidense está prácticamente en recesión. Esta métrica ha demostrado ser infalible desde su creación en 1970.. Con la publicación de los datos de julio sobre la creación de empleo no agrícola, la tasa de desempleo subió un 0,6% desde su punto más bajo a principios de año. Este aumento activa la regla Sahm, que lleva el nombre de la ex economista de la Fed Claudia Sahm, quien la introdujo en 2019.

Esta norma sirve como sistema de alerta temprana para el gobierno de Estados Unidos, indicando que una recesión es inminente y permitiendo intervenciones políticas oportunas para apoyar a los hogares durante períodos de crisis económica. A medida que aumentan las tasas de desempleo, la pregunta apremiante es cómo responderá el gobierno para amortiguar el golpe a las familias estadounidenses. Los datos actuales destacan la urgente necesidad de medidas estratégicas para mitigar el impacto de una posible recesión.

El último informe sobre la creación de empleo no agrícola en Estados Unidos ha despertado dos grandes preocupaciones en los mercados: el miedo a una inminente recesión económica y la ansiedad por una posible mala decisión de política monetaria de la Reserva Federal. Los analistas ahora temen que la economía estadounidense sea más débil de lo que habían anticipado los banqueros centrales de la Reserva Federal. Eso podría llevar a la Reserva Federal a realizar un fuerte recorte de las tasas de interés en septiembre, o incluso recurrir a un recorte de emergencia antes de esa fecha para impulsar la demanda. La fuerte desaceleración de la creación de empleo en julio, combinada con un aumento más pronunciado de la tasa de desempleo, hace inevitable un recorte de las tasas de interés en septiembre. Esta situación ha amplificado las especulaciones de que la Fed podría comenzar su ciclo de estímulo con un recorte significativo de 50 puntos básicos, o incluso un movimiento aún más drástico durante la reunión.

Mientras la economía parece estar al borde de la recesión, las expectativas del mercado de que la Reserva Federal recorte las tasas se están intensificando. Los operadores ahora apuestan por un recorte de tipos de 50 puntos básicos en septiembre. Además, las perspectivas para 2024 han cambiado drásticamente, con previsiones de un recorte total de tipos de 111 puntos básicos para el año. Esta creciente especulación subraya el precario equilibrio que debe mantener la Reserva Federal.

La trayectoria del mercado depende no sólo de los datos económicos, sino también de cómo los inversores interpretan los posibles recortes de las tasas de interés. Los recortes de tasas generalmente están diseñados para estimular la actividad económica, alentar a las empresas a expandirse y atraer a los consumidores a gastar. Sin embargo, también pueden indicar preocupaciones subyacentes sobre la salud de la economía. El delicado equilibrio que debe mantener la Reserva Federal se hace evidente en momentos como este.

Por un lado, tasas más bajas pueden proporcionar un alivio bienvenido a una economía en desaceleración, promoviendo el crecimiento y la estabilidad. Por otro lado, tales medidas podrían verse como una señal de advertencia de que la Reserva Federal está preocupada por la solidez de la economía. Los inversores son plenamente conscientes de esta dualidad.

Cuando la Reserva Federal señala un recorte de tipos, la reacción inmediata puede ser una combinación de

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