
Más de 300 milicianos de la tribu Lengola en la región de Ubundu han decidido deponer las armas, poniendo fin a años de violencia y conflicto. Esta rendición masiva es el resultado de los esfuerzos de sensibilización de las autoridades locales y de los nuevos jefes de sector. La milicia representaba una amenaza para la región, al perturbar el desarrollo local y el tráfico entre Kisangani y Ubundu. La rendición allana el camino para la reanudación de los proyectos de desarrollo y permite a las poblaciones regresar a sus pueblos de origen. Sin embargo, es necesario actuar con cautela para garantizar que la paz sea duradera. Este valiente gesto marca un gran paso hacia la solución pacífica de los conflictos intertribales y merece ser elogiado y apoyado.