**Tensiones geopolíticas en torno a TurkStream: un nuevo campo de batalla energético**
El gasoducto TurkStream, inaugurado para diversificar los suministros energéticos de Europa sin pasar por Ucrania, se ha convertido en un símbolo de los enfrentamientos entre Rusia y Occidente. El reciente ataque atribuido a Ucrania fue calificado por el Kremlin de «terrorismo energético», revelando la escalada de tensiones en un contexto ya hostil. El conflicto ilustra la continua dependencia de Europa del gas ruso, aunque éste ha disminuido un 40% desde la invasión de Ucrania, lo que empuja a la Unión Europea a diversificar sus fuentes.
Más allá de las palabras, este enfrentamiento subraya un cambio estratégico en el conflicto ruso-ucraniano, donde los recursos energéticos se están convirtiendo en una cuestión central. Con países como Hungría navegando entre la necesidad de suministros de gas y la condena de las acciones agresivas de Moscú, la cuestión de la soberanía energética en Europa es aguda. A medida que la UE se esfuerza por lograr una mayor resiliencia energética a través de las energías renovables, la lucha por la independencia de los combustibles fósiles se perfila como un desafío importante. El resultado de esta lucha determinará si algún día Europa podrá liberarse de la dependencia energética que la expone a tensiones geopolíticas.