La desigualdad de género en Corea del Sur sigue siendo una preocupación, a pesar de la modernidad y el desarrollo económico del país. Las mujeres surcoreanas enfrentan muchos desafíos en todos los aspectos de sus vidas, ya sean profesionales, sociales o personales.
En el mercado laboral, las mujeres enfrentan una brecha salarial significativa en comparación con los hombres. Según la OCDE, la brecha salarial de género en Corea del Sur es la más alta entre todos los países miembros, y las mujeres ganan sólo el 63% de los salarios de los hombres. Esta disparidad salarial se explica en parte por los prejuicios y estereotipos de género que persisten en la sociedad coreana, así como por la dificultad de las mujeres para conciliar su carrera profesional y su vida familiar.
Hablando de vida familiar, Corea del Sur también tiene una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo. Las presiones sociales y las expectativas tradicionales de las mujeres coreanas, a quienes a menudo se les anima a casarse y tener hijos, pueden contribuir a esta baja tasa de fertilidad. Muchas mujeres a menudo se enfrentan a una elección difícil entre su carrera y la maternidad, lo que lleva a una disminución de la fuerza laboral femenina y a un menor número de hijos.
Además, la sociedad coreana está marcada por una fuerte corriente de misoginia y discriminación contra la mujer. Las “molkas”, cámaras ocultas utilizadas para capturar imágenes de mujeres sin su conocimiento, son comunes en Corea del Sur. Esta forma de voyeurismo alimenta una cultura de vigilancia y contribuye a la inseguridad y cosificación de las mujeres.
Ante estos problemas persistentes, en Corea del Sur se están alzando voces feministas para promover la igualdad de género y combatir las desigualdades. Organizaciones como Feminismo con Él trabajan para educar a las generaciones más jóvenes sobre la importancia de la igualdad de género y deconstruir los estereotipos de género.
Es esencial reconocer que no todos los hombres comparten las opiniones misóginas que a menudo se asocian con la sociedad coreana. Cada vez más hombres apoyan la igualdad de género y participan activamente en la lucha contra la discriminación. El papel de los “nuevos” hombres, aquellos que están más comprometidos con la crianza de los hijos y que desafían las normas tradicionales de género, es crucial para hacer avanzar las mentalidades.
En conclusión, aunque Corea del Sur es un país económicamente en auge, las desigualdades de género persisten y resaltan la necesidad de un cambio social y cultural más profundo. Es crucial seguir creando conciencia, educando y promoviendo la igualdad de género para construir una sociedad más inclusiva, equitativa y respetuosa para todos.