Las noticias en Mali siguen acaparando la atención del mundo entero, con nuevos elementos surgiendo sobre la ofensiva del ejército maliense y la toma de la ciudad de Kidal. La operación, llevada a cabo conjuntamente por soldados malienses y auxiliares rusos del grupo Wagner, contó también con el apoyo militar de Níger y Burkina Faso.
Aunque ni Bamako, Niamey ni Uagadugú han hecho comunicaciones oficiales sobre su contribución a esta operación, fuentes de seguridad y observadores que siguen de cerca la situación han confirmado su participación. Según se informa, Níger prestó un avión de carga y posiblemente un avión de combate, mientras que Burkina Faso proporcionó un dron o municiones para ataques con drones. Los dos países también enviaron oficiales al puesto de mando del ejército maliense con base en Gao.
Esta colaboración militar pone de relieve la Alianza de Estados del Sahel (AES), creada el pasado mes de septiembre por Mali, Níger y Burkina Faso. La carta de la Alianza prevé la asistencia mutua en caso de agresión contra uno de los estados miembros. Así, el apoyo de Níger y Burkina Faso a la ofensiva maliense forma parte de la lógica de esta alianza.
Sin embargo, el secreto que rodea esta colaboración plantea dudas. ¿Por qué los tres países de la AES no han publicitado más su contribución? Este apoyo puede considerarse modesto, con apoyo aéreo limitado y ningún despliegue de tropas terrestres. También es posible que las autoridades teman provocar a las poblaciones tuareg de Níger e importar el conflicto al otro lado de la frontera.
A pesar de ello, Níger, Burkina Faso y Rusia estuvieron entre los únicos países que felicitaron a Malí por la captura de Kidal. Esto resalta la importancia de la nueva alianza militar formada por estos tres países, todos los cuales han experimentado golpes militares recientemente. Los rebeldes del CSP expresaron su enfado en un comunicado, deplorando la participación abierta de Níger, Burkina Faso y Rusia en los combates, mientras ellos mismos forman parte de la mediación internacional para la aplicación del acuerdo de paz de 2015, ahora amenazado.
La situación en Malí es compleja y está en constante evolución. Aún queda un largo camino por recorrer para lograr la estabilidad y la reconciliación. La Alianza de los Estados del Sahel sigue siendo un actor clave en la región, pero encontrar soluciones pacíficas y duraderas es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.