La crisis humanitaria en el este del Congo está causando profunda preocupación. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de 450.000 personas han sido desplazadas por la fuerza durante las últimas seis semanas en los territorios de Rutshuru y Masisi, en la provincia de Kivu del Norte.
La situación es tanto más preocupante cuanto que el acceso humanitario está limitado debido a la obstrucción de las carreteras principales. Alrededor de 200.000 desplazados internos se encuentran actualmente varados, privados de asistencia humanitaria esencial. Si persisten las tendencias actuales del conflicto, casi 100.000 personas más se enfrentarán a un acceso restringido en los próximos días.
Las historias de las personas desplazadas en Sake, una ciudad situada al oeste de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, son angustiosas. Estas personas fueron desplazadas a zonas donde la ayuda humanitaria no era accesible. Se enfrentaron a decisiones desgarradoras: los hombres arriesgaban sus vidas para alimentar a niños hambrientos y las mujeres corrían el riesgo de ser violadas para recoger leña.
Las violaciones de derechos humanos también están aumentando considerablemente: en octubre se denunciaron más de 3.000 casos, casi el doble que el mes anterior. Las violaciones, los asesinatos arbitrarios, los secuestros, la extorsión y la destrucción de propiedades son todos abusos infligidos a las poblaciones civiles.
Los niños son particularmente vulnerables en esta crisis. Están cada vez más expuestos al reclutamiento y utilización por parte de grupos armados, con más de 450 casos registrados entre julio y septiembre, un aumento del 50% en comparación con el primer semestre del año.
Ante esta alarmante situación, urge tomar medidas para poner fin a la violencia y garantizar la seguridad de las poblaciones afectadas. ACNUR y UNICEF piden un mayor acceso humanitario y una mayor protección de los derechos de los niños. Es necesaria una acción colectiva para brindar ayuda y apoyo a las personas desplazadas y poner fin a esta crisis humanitaria cada vez peor en el este del Congo.