La campaña electoral en Kinshasa ha luchado por generar una movilización real desde su lanzamiento oficial el 19 de noviembre. Si las arterias de la capital están salpicadas de carteles y paneles con las imágenes de los candidatos, las manifestaciones y mítines son raros. Los votantes de Kinshasa sienten una falta de ambiente y de entusiasmo en torno a esta campaña electoral.
Las raras acciones observadas son principalmente caravanas motorizadas de corta duración o reuniones puntuales. Los partidarios de los candidatos se organizan en pequeños grupos, vistiendo polos y gorras con los colores de su candidato, y se dirigen a los lugares de reunión. Sin embargo, algunos candidatos anónimos admiten haber llegado tarde a su campaña por falta de financiación de sus grupos políticos.
Las estrategias de los candidatos también difieren. Algunos prefieren esperar hasta la semana siguiente para intensificar sus acciones, con el fin de marcar la mente de los electores hasta el día de la votación. Otros optan por una campaña más discreta y menos costosa, utilizando internet y las redes sociales como medios de comunicación.
Esta situación plantea interrogantes sobre el entusiasmo y el interés de los candidatos y de la población por estas elecciones. A pesar de los omnipresentes carteles, parece que el verdadero ambiente de la campaña electoral tarda en materializarse en Kinshasa.
Queda por ver si esta situación cambiará en los próximos días y si los candidatos lograrán movilizar aún más a los votantes. Mientras tanto, las calles de Kinshasa siguen marcadas por carteles y carteles, testigos silenciosos de esta campaña electoral en busca de dinamismo. El resto de los acontecimientos nos dirán si la locura finalmente volverá a despertarse en la capital congoleña.