“La lucha de los quilombolas en Brasil: preservar sus tierras ancestrales frente a la avaricia de tierras”

La lucha por la tierra es una lucha tan antigua como el tiempo. En Brasil, los quilombolas, comunidades de descendientes de esclavos africanos negros, enfrentan una feroz batalla para preservar sus territorios ante la invasión del lobby agrario brasileño. Estas comunidades, al igual que los pueblos indígenas, enfrentan la amenaza constante de que intereses privados se apoderen de sus tierras.

En un conmovedor reportaje, descubrimos la historia de Marilda De Souza Francisco, una griotte (narradora africana) que forma parte del Quilombo Santa Rita do Bracuí. Situado en la Costa Verde, entre Río de Janeiro y São Paulo, este quilombo se enfrentó a la expropiación y al desalojo de sus habitantes para dar paso a lujosas residencias destinadas a la burguesía brasileña. De hecho, el auge del turismo costero en los años 1970 llevó a la construcción de una carretera que une Río de Janeiro y São Paulo, lo que permitió la instalación de propietarios ricos en la región, en detrimento de las comunidades locales.

El quilombo Santa Rita do Bracuí es un ejemplo entre muchas de las injusticias que sufren los quilombolas. Estas comunidades tienen sus orígenes en los esclavos negros que huyeron de las plantaciones en el siglo XIX para formar aldeas autosuficientes. A pesar de que estos territorios les fueron legados por sus antepasados, los quilombolas deben luchar incansablemente para hacer valer su derecho a la tierra y preservar su forma de vida.

Desafortunadamente, la presión ejercida por el lobby agrario brasileño es constante y violenta. Empresarios inmobiliarios, agroindustriales y profesionales del turismo codician estas tierras, a menudo situadas en espacios naturales muy ricos. Para lograr sus objetivos, algunos no dudan en recurrir a la violencia, llegando incluso a asesinar a miembros de las comunidades quilombolas.

La situación es tanto más alarmante cuanto que la titulación de tierras quilombolas es esencial para garantizar la estabilidad y la sostenibilidad de estas comunidades. El artículo 68 de la Constitución brasileña reconoce los derechos territoriales de los quilombolas, pero estos enfrentan muchos obstáculos para obtener el reconocimiento legal de sus territorios.

Por tanto, es fundamental apoyar y hacer oír la voz de los quilombolas en su lucha por la tierra. Los medios de comunicación, la sociedad civil y las organizaciones internacionales deben movilizarse para denunciar los ataques a los derechos de las comunidades quilombolas y exigir medidas concretas para proteger sus tierras.

En conclusión, la lucha de los quilombolas por preservar sus territorios es un tema importante en Brasil. Ante la presión del lobby agrario brasileño, estas comunidades han demostrado una gran resiliencia y una determinación inquebrantable.. Es nuestro deber apoyarlos y hacer oír sus voces para que puedan vivir en paz en sus tierras ancestrales.

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