Las conversaciones sobre el clima de la COP28 en Dubái fueron el escenario de una situación compleja y delicada, mientras el conflicto entre Israel y Hamás continuaba haciendo estragos. El presidente israelí Isaac Herzog, que mantuvo conversaciones privadas con muchos líderes internacionales, se vio obligado a compatibilizar las negociaciones para poner fin al conflicto con su deseo de crear conciencia sobre la emergencia climática.
La paradoja de la situación quedó evidente al observar los discursos y gestos simbólicos durante estas discusiones claves. Algunos participantes portaron cordones con los colores de la bandera palestina, expresando su apoyo a la causa palestina. Los discursos oficiales también estuvieron marcados por acusaciones de crímenes de guerra contra Israel, mientras sus aliados afirmaban su derecho a defenderse.
Esta coexistencia de preocupaciones climáticas y conflictos armados plantea una pregunta fundamental: ¿cómo conciliar estas dos cuestiones cruciales? A medida que la crisis climática alcanza niveles alarmantes y los desastres naturales aumentan, es esencial que todos los países dejen de lado sus diferencias para abordar esta crisis global.
La guerra entre Israel y Hamás es un ejemplo sorprendente del entrelazamiento del conflicto y el cambio climático. El rey jordano Abdullah II subrayó en su discurso que la guerra sólo empeoraría el estrés hídrico y la inseguridad alimentaria en Oriente Medio, problemas ya exacerbados por la crisis climática.
Por lo tanto, es urgente reconocer que la lucha contra el cambio climático no puede llevarse a cabo aisladamente de las tragedias humanitarias que ocurren en todo el mundo. Los desplazamientos forzados de población, la destrucción masiva y la pérdida de vidas causadas por los conflictos armados son factores que amplifican los desafíos ambientales, como la escasez de agua y la inseguridad alimentaria.
El problema se vuelve aún más complejo cuando vemos que el conflicto entre Israel y Hamás ha creado divisiones entre el Norte y el Sur. El apoyo inquebrantable de Estados Unidos a Israel amplió la brecha de confianza con el Sur Global durante las negociaciones de la COP. Las discusiones entre el Norte y el Sur ya eran difíciles, pero la situación actual ha exacerbado las tensiones y ha hecho aún más vital la necesidad de encontrar soluciones comunes.
Es esencial que los líderes mundiales comprendan la urgencia de actuar tanto en el frente climático como en el frente del conflicto. La crisis climática sólo podrá resolverse si también se resuelven los conflictos armados. Esto requiere voluntad política, diplomacia intensa y un fuerte compromiso internacional.
Por lo tanto, las conversaciones sobre el clima de la COP28 en Dubai fueron el escenario de un gran desafío. Los líderes mundiales han tenido que compatibilizar las negociaciones de paz con la necesidad de encontrar soluciones a la crisis climática. Ahora es el momento de actuar con decisión, dejando de lado las diferencias y trabajando juntos por un futuro más sostenible y pacífico.