La violencia continúa haciendo estragos en Gaza y decenas de palestinos han muerto desde el domingo durante ataques masivos israelíes. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó Gaza el lunes y prometió intensificar la ofensiva contra Hamás en el territorio devastado y asediado.
Este conflicto también continúa alimentando el riesgo de un conflicto regional. Irán, aliado del Hezbollah libanés y del Hamas palestino, acusó a Israel de matar a un líder de la Guardia Revolucionaria, su ejército ideológico, en un ataque en Siria y prometió vengar su muerte.
Desencadenada hace más de dos meses por un ataque sin precedentes de Hamás contra Israel, la guerra no deja respiro a los civiles palestinos amenazados de hambruna según la ONU, a pesar de los llamamientos urgentes a un alto el fuego.
Según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad de Hamás, que está en el poder en Gaza desde 2007, 20.674 personas han muerto durante las operaciones militares israelíes, la mayoría mujeres y niños, y cerca de 55.000 han resultado heridas.
La ofensiva, la más mortífera de Israel contra Hamás en Gaza, fue lanzada en represalia por el ataque del movimiento islamista palestino en su territorio el 7 de octubre, que mató a unas 1.140 personas, la mayoría de las cuales eran civiles, según las últimas cifras oficiales israelíes. Los comandos palestinos también secuestraron a unas 250 personas, de las cuales 129 siguen detenidas en Gaza.
Israel ha prometido destruir a Hamás, a la que considera una organización terrorista, junto con Estados Unidos y la Unión Europea.
Antes del amanecer del lunes, la Fuerza Aérea israelí bombardeó a gran escala la Franja de Gaza. Un ataque cerca de la aldea de Al-Zawaida (centro) mató a 12 personas, y otro mató al menos a 18 personas en Khan Younes (sur), según el Ministerio de Salud de Hamás.
El domingo por la tarde, al menos 70 personas murieron en un ataque contra el campo de refugiados de Al Maghazi (centro), según esta fuente. El ejército israelí, que dijo que estaba haciendo todo lo posible para salvar a los civiles, dijo que estaba «verificando el incidente».
Del lado israelí, el ejército anunció la muerte de dos soldados, elevando a 156 el número de sus soldados muertos desde el lanzamiento de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre, 20 días después del inicio de los bombardeos aéreos.
Los combatientes palestinos dispararon cohetes contra Israel durante el día, la mayoría de los cuales fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles de Israel.
A pesar de los crecientes llamados a un alto el fuego, un alto costo humano y una crisis humanitaria descrita como catastrófica por la ONU y las ONG, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se mantiene inflexible.
«No pararemos (…) intensificaremos los combates en los próximos días. Será una guerra larga», insistió el lunes tras su visita a Gaza, ante miembros de su partido Likud.
METRO. Netanyahu fue interrumpido durante un discurso en el Parlamento el lunes por familiares de rehenes que exigían su liberación, quienes coreaban «¡Ahora! ¡Ahora!».
“¿Y si fuera tu hijo?”
“80 días, cada minuto es un infierno”, se podía leer en una pancarta sostenida por las familias.
Por la noche, los familiares de los rehenes se manifestaron frente al Ministerio de Defensa en Tel Aviv antes de una reunión del gabinete de guerra.
“¡Liberen a nuestros rehenes ahora! A cualquier precio”, proclamaba un cartel.
Hamás pide el fin de los combates antes de iniciar nuevas negociaciones para la liberación de los rehenes.
La escalada de violencia en Gaza sigue causando gran preocupación y planteando muchas preguntas sobre las consecuencias a largo plazo de este conflicto. Las pérdidas humanas en el lado palestino ya son trágicamente elevadas, con miles de muertos y heridos. La situación humanitaria en la región también es alarmante, con un riesgo creciente de hambruna para la población palestina. Los llamados a un alto el fuego y una resolución pacífica del conflicto están aumentando, pero la determinación de Israel de destruir a Hamas continúa complicando los esfuerzos de mediación. La comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos para ayudar a poner fin a esta violencia y encontrar una solución duradera para los palestinos en Gaza.