Imágenes de Gérard Depardieu: la fractura abierta
Reacción compleja al movimiento #MeToo, apoyo controvertido del presidente Emmanuel Macron, columna controvertida publicada en Le Figaro… El asunto Gérard Depardieu sigue haciendo correr mucha tinta, tanto en Francia como en el extranjero. Esta situación pone de relieve una división abierta dentro de la sociedad francesa frente a la violencia contra las mujeres.
Desde la emisión del programa Complément d’investigation en el que Gérard Depardieu hace comentarios misóginos y sexuales contra una mujer y una niña, numerosos medios de comunicación extranjeros han cuestionado la actitud de Francia ante este tipo de delitos. RTS en Suiza y RTBF en Bélgica han decidido no emitir más películas en las que el actor desempeñe un papel protagonista. Quebec y la comuna de Estaimpuis, en Bélgica, incluso retiraron a Depardieu los títulos honoríficos que le habían sido concedidos.
En Francia, la situación se agravó cuando el presidente Emmanuel Macron apoyó públicamente al actor, calificándolo de «un motivo de orgullo para Francia». A esta postura siguió una columna firmada por más de medio centenar de personalidades del cine francés, defendiendo a Depardieu y denunciando un «linchamiento» y un «torrente de odio» contra él. Este foro exacerbó las tensiones en torno al asunto y acentuó las críticas de la prensa extranjera.
El movimiento #MeToo ha puesto de relieve la violencia sexual y doméstica que sufren las mujeres, pero la reacción francesa parece compleja. Algunos creen que este asunto pone de relieve una cierta ambivalencia de la sociedad francesa respecto a estas cuestiones. En 2018, una columna firmada por Catherine Deneuve y otras personalidades defendía “la libertad de molestar” y alertaba contra los excesos del movimiento #MeToo que podrían afectar a la creación artística.
La prensa extranjera, especialmente la estadounidense, subraya también que las personalidades francesas no son las únicas que apoyan a Depardieu. El presidente Emmanuel Macron calificó las acusaciones de agresión sexual contra el actor como una “persecución humana”. Este apoyo del presidente francés no hace más que reforzar las críticas a Francia y su posición respecto a la violencia contra las mujeres.
En toda esta controversia, los medios rusos se centran más en la ciudadanía rusa de Gérard Depardieu y lo ven como una víctima de la «Cancelación de la Cultura». Destacan su carrera y su estatus de celebridad en Rusia, destacando así una visión diferente del asunto.
En conclusión, el caso Gérard Depardieu pone de relieve una división abierta dentro de la sociedad francesa en relación con la violencia contra las mujeres. La compleja reacción al movimiento #MeToo, las posiciones controvertidas de figuras públicas y el apoyo del presidente Emmanuel Macron plantean muchas preguntas en el exterior. Este caso resalta la necesidad de una reflexión más profunda sobre la violencia sexual y doméstica y cómo son tratadas en nuestra sociedad.