Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), una milicia paramilitar en Sudán, dijeron recientemente que estaban abiertas a un alto el fuego inmediato e incondicional, así como a conversaciones con el ejército sudanés.
Este anuncio se produce cuando las RSF, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, firmaron el martes pasado la Declaración de Addis Abeba con la coalición civil Taqadum e invitaron al ejército sudanés a hacer lo mismo.
La llamada Declaración de Addis Abeba pretende servir de base para futuras negociaciones y un acuerdo político para la guerra que ya dura nueve meses. Esta guerra ha resultado ahora en la mayor crisis de desplazamiento del mundo y ha devastado la infraestructura de Sudán. El país también enfrenta la amenaza de la hambruna.
Los intentos de poner fin al conflicto mediante negociaciones, encabezados por Estados Unidos y Arabia Saudita, han fracasado hasta ahora y no se han respetado los acuerdos previos para proteger a los civiles.
El conflicto fue provocado por una disputa entre el jefe del ejército sudanés, Abdel Fattah al-Burhan, y su ex segundo y jefe de las RSF, Hamdan Dagalo, quienes llegaron al poder en 2019 después de derrocar a Omar al-Bashir.
Este intento de las RSF de negociar un alto el fuego con el ejército sudanés representa un paso alentador hacia una solución pacífica del conflicto. Sin embargo, queda mucho por hacer para lograr un acuerdo de paz verdaderamente duradero y abordar las necesidades humanitarias urgentes de las poblaciones afectadas por la guerra.
Es importante que la comunidad internacional siga apoyando los esfuerzos de mediación y garantice que todas las partes involucradas respeten sus compromisos con la protección de los civiles y la resolución pacífica del conflicto. La estabilidad y la prosperidad de Sudán dependen de ello.