Los disturbios del 4 de enero de 1959 en Léopoldville (Kinshasa) siguen siendo acontecimientos significativos en la historia de la República Democrática del Congo (RDC). Esta convulsa jornada fue escenario de conflictos políticos y sociales que sacudieron profundamente a la ciudad.
En ese momento la tensión era palpable. Por un lado, el partido de fútbol entre MIKADO y V.Club decepcionó a la afición, exacerbando las frustraciones. Por otra parte, la reunión política de Joseph Kasavubu, líder de ABAKO, fue cancelada, provocando el descontento entre sus seguidores.
La mezcla explosiva de estas dos decepciones provocó disturbios generalizados. Los barrios obreros de la “Ciudad Indígena” fueron particularmente afectados. Los alborotadores, impulsados por una ira creciente, atacaron los símbolos de la colonización, saquearon y saquearon carteles indicadores, iglesias y escuelas a las que asistía principalmente la comunidad belga.
Los rumores y leyendas crecieron rápidamente, dando una dimensión mística a estos acontecimientos. Se decía que los alborotadores eran fantasmas con poderes sobrenaturales, que habían agredido a monjas blancas y que habían profanado objetos sagrados. Estas historias alimentaron discursos anticolonialistas y reforzaron las demandas de independencia inmediata.
Ante esta caótica situación, la Fuerza Pública intervino con firmeza, deteniendo a los dirigentes de ABAKO y poniéndolos a disposición de la justicia. Los rumores continuaron circulando, con la búsqueda infructuosa del fugitivo Kasavubu y relatos de castigos penitenciales impuestos a cristianos acusados de robar y profanar objetos sagrados.
Estos acontecimientos precipitaron los acontecimientos que condujeron a la independencia del Congo. El rey de los belgas pronunció un discurso histórico el 13 de enero de 1959, lanzando el proyecto de independencia del país. Esto llevó a la celebración de la Mesa Redonda de Bruselas donde se aceleraron los debates sobre la independencia.
Los disturbios del 4 de enero de 1959 en Léopoldville (Kinshasa) siguen siendo un capítulo importante de la historia congoleña. Ayudaron a catalizar los movimientos independentistas y allanaron el camino para la creación de la República Democrática del Congo tal como la conocemos hoy. Es fundamental recordar estos acontecimientos para comprender la evolución política del país y las luchas que marcaron su historia.