Terribles hechos tuvieron lugar del 1 al 3 de enero en la región de Djugu, en Ituri, donde presuntos milicianos de CODECO sembraron el terror. Durante esos fatídicos días, nueve personas perdieron la vida en las aldeas de Parombo y Tsokpa.
Según fuentes locales, un líder de la milicia CODECO abrió fuego contra una multitud que lo vitoreaba en un bar el día de Año Nuevo. Este tiroteo dejó seis víctimas en el lugar, entre ellas un miliciano que acompañaba al líder. Otros siete civiles resultaron heridos y la violencia provocó el desplazamiento de algunos vecinos de la región.
Tras este atroz acto, otros milicianos de CODECO, con base en Parombo, prendieron fuego a la casa del presunto autor de este tiroteo, que actualmente se encuentra prófugo. Además, se han observado movimientos de estos atacantes en otras zonas como Pimbo y Mbau, causando grave preocupación entre la población local.
Las autoridades de seguridad califican estos hechos como simples actos aislados, pero aseguran que han tomado medidas para asegurar a las poblaciones.
Sin embargo, la reaparición de la milicia CODECO y el aumento de la violencia en la región plantean muchos interrogantes y preocupan seriamente a la población. CODECO, que ha sido responsable de numerosos ataques mortales en el pasado, sigue sembrando el terror en la región de Djugu.
Es fundamental que las autoridades intensifiquen sus esfuerzos para poner fin a esta espiral de violencia. La población local necesita sentirse segura y capaz de vivir pacíficamente en sus aldeas.
También es esencial aumentar la conciencia pública sobre la situación en Ituri y las devastadoras consecuencias de estos conflictos armados. CODECO debe rendir cuentas por sus acciones y se deben tomar medidas para poner fin a su violencia.
En conclusión, la situación en la región de Djugu es alarmante y requiere una intervención urgente. Las autoridades deben actuar rápidamente para proteger a las poblaciones y poner fin a los ataques perpetrados por la milicia CODECO. Es necesario restablecer la paz y la seguridad en esta región desgarrada por la violencia, para que los residentes puedan finalmente vivir en paz.