La crisis humanitaria en Sudán continúa empeorando y el llamamiento de ayuda de las Naciones Unidas pone de relieve la urgencia de una intervención internacional. Martin Griffiths, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, ha hecho sonar la alarma sobre el deterioro de la situación en Sudán, enfatizando la necesidad absoluta de una intervención internacional.
Casi 25 millones de personas en Sudán necesitan asistencia humanitaria, pero las crecientes hostilidades están obstaculizando los esfuerzos de ayuda, según la portavoz de la ONU, Stephanie Tremblay. Tremblay instó a la comunidad internacional, particularmente a aquellos con influencia sobre las partes en conflicto en Sudán, a tomar medidas inmediatas y decisivas para poner fin a los combates y proteger las operaciones humanitarias destinadas a ayudar a millones de personas.
A pesar de los llamamientos, el líder paramilitar de Sudán, general Mohammed Hamdan Dagalo, afirmó su compromiso con un alto el fuego durante una reunión con el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa en Pretoria. Dagalo destacó los esfuerzos para poner fin a la guerra y expresó su compromiso inquebrantable con el cese de las hostilidades. Sin embargo, no proporcionó un calendario específico para una reunión con el líder militar sudanés, general Abdel-Fattah Burhan.
Las tensiones entre Dagalo y Burhan, antiguos aliados convertidos en adversarios, estallaron en una guerra abierta en abril, dejando más de 12.000 muertos, aunque el número real puede ser mayor, dicen médicos y activistas. Más de 7 millones de personas han sido desplazadas. A pesar de las conversaciones sobre un alto el fuego, el conflicto se ha intensificado y 300.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en respuesta a los ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en Wad Medani.
Las acciones de RSF en Wad Medani han generado preocupación entre los residentes, que temen atrocidades similares a las cometidas en Jartum y Darfur. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha acusado tanto a las RSF como al ejército sudanés de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante los nueve meses de conflicto.
A medida que aumenta la presión internacional, Dagalo continúa su gira por países africanos y se reúne con líderes para discutir la crisis actual. Las conversaciones sobre un alto el fuego entre las facciones en conflicto aún no han llegado a buen término, lo que empeora la crisis humanitaria en Sudán.