“Violencia en Kivu del Norte: nueva tragedia provocada por grupos armados, poblaciones en peligro”

Los actos de violencia cometidos por grupos armados han vuelto a devastar los territorios de Rutshuru y Masisi en Kivu del Norte. Durante los días 3 y 4 de enero de 2024, al menos cinco civiles fueron asesinados y otros cinco fueron secuestrados por hombres armados. Según información recogida por Radio Okapi, estos asesinatos fueron atribuidos a terroristas del M23.

Las víctimas fueron requisadas por estos terroristas para transportar su equipo militar. Los hechos tuvieron lugar en el grupo Bukombo, jefatura de Bwito, y en el grupo Mufunyi/Shanga, jefatura de Bahunde.

En el grupo Bukombo, en Rutshuru, se descubrieron los cadáveres de tres personas en el pueblo de Mashiga. Al mismo tiempo, otras cinco personas fueron denunciadas como desaparecidas en el pueblo de Muko, según la sociedad civil y personalidades locales.

El M23 rechazó cualquier responsabilidad por estos actos de violencia, atribuyéndolos a la coalición de grupos armados locales. Sin embargo, en el territorio de Masisi, los dos casos de homicidios denunciados en el grupo Mufunyi/Shanga se atribuyeron a combatientes locales. Las razones de estos asesinatos siguen sin estar claras ni claras.

Esta nueva ola de violencia demuestra una vez más la urgencia de encontrar soluciones duraderas para garantizar la seguridad de las poblaciones de la región de Kivu del Norte. Las autoridades congoleñas y la comunidad internacional deben redoblar sus esfuerzos para poner fin a la impunidad de los grupos armados y garantizar la protección de los civiles.

Es esencial establecer mecanismos para prevenir y combatir esta violencia, en particular promoviendo la cooperación entre las fuerzas de seguridad congoleñas y las fuerzas de mantenimiento de la paz presentes en la región. También se deben hacer esfuerzos para fortalecer el diálogo con los grupos armados y ofrecerles alternativas a la violencia, con el fin de promover la estabilización de la región.

Es esencial establecer mecanismos para proteger a los civiles y el acceso de las víctimas a la justicia, a fin de romper el ciclo de violencia que ha persistido durante demasiado tiempo en esta región. La comunidad internacional debe seguir apoyando a la República Democrática del Congo en sus esfuerzos por estabilizar y pacificar Kivu del Norte, brindándole apoyo financiero, logístico y humanitario.

Es hora de poner fin a esta violencia que tiene un impacto devastador en las poblaciones locales y que obstaculiza el desarrollo socioeconómico de la región. Es imperativo que trabajemos juntos para construir un futuro de paz y seguridad para todos los habitantes de Kivu del Norte.

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