El choque político entre el gobernador saliente de Rivers y su sucesor, el gobernador Siminalaye Fubura, ha sido noticia en los últimos meses. Los dos antiguos aliados se han convertido en archienemigos desde el cambio de poder, y los esfuerzos del presidente Bola Tinubu por reconciliar a las partes en conflicto han tenido pocos efectos positivos.
Si bien Fubura todavía ejerce sus poderes ejecutivos a través del mandato que le otorgaron los votantes de Rivers, Wike cree que es demasiado pronto para determinar quién gobierna realmente el estado rico en petróleo.
Expresó esta opinión durante su visita al líder del partido Congreso de Todos los Progresistas (APC), Victor Giadom, en su aldea de Bera, gobierno local de Gokana en el estado de Rivers, el sábado 6 de diciembre de 2023.
«Olvídense de esa gente ruidosa y hambrienta en la carretera. Cuando llegue el momento, sabremos quién manda y quién no. No sé si entienden lo que digo. Hay un momento para todo. Hay un tiempo para todo. tiene un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar”, afirmó el Ministro de la FCT.
«No tenemos tiempo para la política. Este no es el momento para que nadie diga: ‘Estoy a favor de esto, estoy a favor de aquello’. Aún no hemos llegado a ese punto. Cuando llegue el momento, sabremos quién es quién”, sostuvo el exgobernador.
Wike también dijo que era indiferente a los virulentos ataques contra él en las redes sociales y enfatizó que los políticos deberían priorizar el servicio al pueblo.
«Si te gusta, insultame todo lo que quieras. Si te gusta, involucra a todos en las redes sociales. Déjame decirte: nunca me ha importado un día a quién me insultan», añadió.
Esta disputa entre los dos gobernadores provocó mucha controversia y alimentó el debate político no sólo en el estado de Rivers sino también en todo el país. Los partidarios de ambos lados están divididos y el clima político es tenso.
La situación podría tener consecuencias significativas para el desarrollo y la gobernanza del estado, ya que los desacuerdos entre los líderes políticos pueden obstaculizar la implementación de proyectos y políticas y perjudicar el bienestar de la población.
Queda por ver cómo se resolverá finalmente esta disputa político-gubernamental, pero está claro que ya ha tenido un impacto en la dinámica política del estado de Rivers. Los votantes y observadores políticos esperan ansiosamente la resolución de esta disputa y esperan que los intereses del Estado y su pueblo sean prioritarios.