Noticias recientes han destacado un caso que involucra a la Ministra de Educación de Nigeria, Oniyelu Bridget Mojisola. De hecho, un documento filtrado revela que el ministro supuestamente dirigió el pago de 585,189 millones de naira destinados a grupos vulnerables en los estados de Akwa Ibom, Cross River, Ogun y Lagos a una cuenta privada.
El escándalo provocó fuertes críticas de diferentes sectores, y muchos nigerianos sospecharon de mala conducta en el proceso de aprobación. Las organizaciones de la sociedad civil también pidieron al presidente Bola Tinubu que no tolere la impunidad y pidieron la destitución del ministro y su interrogatorio por parte de los organismos anticorrupción.
En réaction à ces appels, le conseiller spécial du président chargé de l’information et de la stratégie, Bayo Onanuga, a déclaré : «L’affaire fait l’objet d’une enquête» et a ajouté que «des mesures appropriées seront prises a continuación».
En una declaración de su asistente especial de Medios y Comunicaciones, Rasheed Zubair, el 5 de enero de 2023, Oniyelu Bridget Mojisola afirmó que el pago siguió procedimientos reglamentarios.
Zubair también señaló que las acusaciones de corrupción contra la ministra eran una campaña de difamación por parte de elementos descontentos que buscaban manchar su reputación.
Explicó además que Bridget era la contadora a cargo del proyecto de subvención Esperanza Renovada para grupos vulnerables, por lo que el dinero se depositó en su cuenta.
Este caso resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en el uso de fondos destinados a grupos vulnerables. Es esencial que las autoridades tomen medidas rápidas y decisivas para investigar estas acusaciones y garantizar que los responsables rindan cuentas.
Nigeria enfrenta muchos desafíos educativos, incluido el acceso desigual a la educación y la baja calidad de la enseñanza. Por lo tanto, es imperativo que los fondos destinados a la educación se utilicen eficazmente para mejorar las condiciones de aprendizaje de los jóvenes nigerianos.
Los nigerianos esperan que las autoridades adopten medidas concretas para restablecer la confianza en el sistema educativo y garantizar que los recursos financieros se utilicen de forma transparente y en beneficio de estudiantes y profesores.