En un mundo cada vez más conectado, el entorno de las pequeñas empresas es crucial para fomentar su éxito y crecimiento. En Europa, la Unión Europea está haciendo esfuerzos para crear un marco favorable para estas empresas, particularmente en el sector tecnológico y ecológico.
El año 2023 estuvo marcado por el compromiso de los líderes de la UE de fortalecer la competitividad de la Unión para reducir su dependencia de otros países. Esta iniciativa pretende situar a la Unión Europea a la vanguardia del desarrollo en los ámbitos de la tecnología digital y la transición ecológica. La medida se produce después de que la pandemia de Covid y la guerra en Ucrania pusieran a prueba a la Unión y su capacidad para resistir el cambio frente a las crisis.
Además del sector tecnológico, la UE también busca fortalecer su mercado único en lo que respecta a materias primas y medicamentos esenciales. También se reforzarán las capacidades y las inversiones para consolidar la Unión como potencia comercial e industrial. Para finales de año, todos los estados miembros deberían evaluar si plantean riesgos por el uso de IA, semiconductores, biotecnología o tecnología cuántica.
La cuestión de la apertura de los mercados europeos a las empresas extranjeras sigue siendo un tema de debate. Mientras países como los Países Bajos y Suecia fomentan la apertura de mercados, Francia está más preocupada por proteger la producción nacional.
La Unión Europea es la tercera economía más grande del mundo después de Estados Unidos y China, así como la tercera en términos de paridad de poder adquisitivo, después de China y Estados Unidos. El mercado común permite a las empresas comerciar sin obstáculos en todo el continente. El hecho de que existan tantas diferencias económicas y culturales entre países hace aún más notable lo bien que funciona el sistema. Tras la creación de la Unión Europea, se eliminaron las barreras y todas las economías están interconectadas y se benefician de la ayuda mutua.
Las grandes economías de la UE se encuentran en el oeste y el norte del continente, mientras que muchos países del este y del sur todavía se encuentran en la etapa de desarrollo, pero se están acercando rápidamente a sus homólogos.
La economía colaborativa o colaborativa permitirá al bloque centrarse en una mayor oferta de productos y precios más bajos para los consumidores. Las empresas de nueva creación y las existentes también se beneficiarán del crecimiento que se deriva de mejores oportunidades y medidas innovadoras. El desafío reside en las leyes y regulaciones que ya están vigentes. Algunos países fomentan este tipo de actividad económica, mientras que en otras regiones aún existen restricciones.
Las pequeñas y medianas empresas son las que necesitan ayuda extra. Estas empresas, que normalmente pertenecen a la categoría de empresas emergentes y suelen ser creadas por jóvenes emprendedores, enfrentan desafíos y obstáculos únicos en el camino hacia el éxito.
La movilidad es un elemento crucial para el desarrollo general de una empresa. Las regulaciones actualmente vigentes pueden obstaculizar este proceso. Aunque su propósito original era proteger a los consumidores, muchas de estas regulaciones ahora son problemáticas para el sector empresarial, particularmente en lo que respecta a la capacidad de las empresas para cruzar las fronteras de su país. Aunque el sector de servicios representa alrededor de dos tercios de la economía de la Unión Europea, la prestación de servicios transfronterizos aún está poco desarrollada. Los profesionales que trabajan en los campos de la arquitectura, la contabilidad o la ingeniería encuentran dificultades cuando intentan ofrecer sus servicios a otro país de la UE.
Se necesita acción legislativa para iniciar una reforma regulatoria y superar los obstáculos que obstaculizan los negocios en la Unión Europea.
La creación de políticas para proteger la economía y hacerla más resiliente debe comenzar con una evaluación de riesgos. El entorno tecnológico actual, junto con las consideraciones geopolíticas, ha creado un ecosistema muy diferente a todo lo anterior. La seguridad sigue siendo una preocupación importante. Por lo tanto, la UE debe desarrollar un enfoque integral para identificar problemas potenciales. Algunas de las preocupaciones que deben abordarse son:
– Resiliencia de las cadenas de suministro frente a amenazas, incluida la cuestión de la seguridad energética.
– Amenazas y problemas de ciberseguridad que podrían afectar la infraestructura. Puede encontrar más información sobre violaciones de datos en https://www.databreachclaims.org.uk
– Fugas tecnológicas que podrían dar lugar a filtraciones de información de productos, claves criptográficas y planes.
– La posibilidad de coerción económica.
Uno de los métodos más esenciales para abordar estas cuestiones es promover enfoques competitivos que incluyan inversión y desarrollo de habilidades. También contribuirá significativamente a mejorar los resultados de la investigación de la Unión, tanto en el sector industrial como en el tecnológico. Los riesgos de seguridad económica también deben mitigarse con políticas y herramientas ya implementadas.