El crecimiento económico del África subsahariana es un tema candente que está atrayendo un interés cada vez mayor. Según un informe reciente del Banco Mundial, se espera que la región experimente una aceleración del crecimiento en 2024 y 2025, después de experimentar una desaceleración en 2023.
El informe indica que se espera que el crecimiento económico alcance el 3,8% en 2024 y el 4,1% en 2025 en la región. Esto se atribuye principalmente a la disminución de las presiones inflacionarias y a la flexibilización de las condiciones financieras.
Sin embargo, el informe destaca que se espera que las tres economías más grandes del África subsahariana, Nigeria, Sudáfrica y Angola, crezcan por debajo del promedio regional. Los expertos del Banco Mundial creen que esto puede atribuirse al lento crecimiento de la demanda china y otros factores económicos internos.
Además, el informe destaca que los países menos dependientes de los recursos naturales deberían mantener una tasa de crecimiento superior al promedio regional. Esto sugiere que la diversificación económica juega un papel importante para impulsar el crecimiento en la región.
Sin embargo, a pesar de estos alentadores pronósticos de crecimiento, el informe advierte sobre algunos riesgos que podrían afectar las perspectivas económicas del África subsahariana. Menciona en particular la inestabilidad política, las tensiones geopolíticas, las perturbaciones en el comercio mundial y una posible desaceleración económica global.
En cuanto al ingreso per cápita, el informe estima que se espera que aumente moderadamente, con un aumento promedio del 1,2% en 2024 y del 1,5% en 2025. Sin embargo, también destaca que algunas economías de la región podrían tardar varios años en volver a su nivel Niveles de ingresos anteriores a la pandemia de Covid-19.
En conclusión, a pesar de los desafíos que enfrenta, el África subsahariana parece estar en el camino hacia la recuperación económica. La diversificación económica y la estabilidad política serán factores clave para impulsar el crecimiento y mejorar los niveles de vida en la región. Monitorear los riesgos potenciales y las oportunidades económicas sigue siendo esencial para garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo.