“El imperativo de mantener la coalición internacional antiyihadista en Irak para garantizar la estabilidad regional y contrarrestar la influencia iraní”

El futuro de la coalición internacional antiyihadista en Irak es incierto. El primer ministro iraquí, Mohamed Chia al-Soudani, ha expresado en repetidas ocasiones su deseo de que esta coalición, encabezada por Estados Unidos, abandone el país. Esta solicitud fue renovada a principios de año, después de una serie de ataques contra las fuerzas estadounidenses en Irak por parte de facciones proiraníes.

Adel Bakawan, director del Centro Francés de Investigación sobre Irak, advierte sobre las desastrosas consecuencias de la partida de la coalición hacia Bagdad. De hecho, Irak, al igual que otros países de la región, se ve afectado por las repercusiones regionales del conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. Los ataques a la embajada de Estados Unidos y a las bases de la coalición en Irak son reivindicados por la «Resistencia Islámica en Irak», un grupo respaldado por Irán que busca llegar a las fuerzas estadounidenses en ausencia de acceso directo a Israel.

Para Adel Bakawan, la retórica antiamericana de Mohamed Chia al-Soudani puede explicarse por razones políticas. El primer ministro iraquí, apoyado por la alianza proiraní Marco de Coordinación, busca consolidar su poder adoptando una postura hostil hacia Estados Unidos. Sin embargo, Bakawan subraya que esta retórica corre el riesgo de deslegitimarlo y comprometer sus posibilidades de reelección en las elecciones legislativas previstas para octubre de 2025.

El director del Centro francés de investigación sobre Irak subraya también que la petición de abandonar la coalición internacional va en contra de los compromisos asumidos por Mohamed Chia al-Soudani cuando fue nombrado primer ministro. De hecho, contó con el apoyo de Estados Unidos y de los europeos y mantuvo numerosas reuniones con el embajador estadounidense en Bagdad. Sin embargo, no pudo cumplir las condiciones impuestas por estos países, en particular en lo que respecta al control de las milicias y la resolución de las tensiones políticas con los kurdos y sunitas.

Más allá de las cuestiones políticas, el fin de la presencia de la coalición internacional en Irak tendría consecuencias devastadoras para la economía del país. Una ruptura con Estados Unidos correría el riesgo de conducir a sanciones económicas y alentar una “iranización” de la economía iraquí. Esta situación tendría repercusiones desastrosas para la estabilidad y el desarrollo del país.

Por tanto, es esencial tener en cuenta las consecuencias potencialmente desastrosas de una salida de la coalición internacional en Irak. Está en juego la estabilidad política y económica del país, así como la lucha contra el terrorismo y el extremismo. Es importante que los formuladores de políticas tomen decisiones reflexivas, teniendo en cuenta el interés nacional y la seguridad de la región en su conjunto.

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