El conflicto diplomático entre Burundi y Ruanda dio un nuevo giro el jueves cuando Burundi decidió cerrar sus fronteras con su vecino. El ministro del Interior de Burundi, Martin Niteretse, dijo en un comunicado: «Hemos cortado nuestros lazos con él hasta que cambie».
La medida se produce tras las acusaciones de Burundi de que Ruanda está financiando ataques rebeldes. El presidente de Burundi, Évariste Ndayishimiye, hizo la acusación el pasado mes de diciembre tras la muerte de 20 personas cerca de la frontera entre Burundi y la República Democrática del Congo (RDC).
El presidente ruandés, Paul Kagame, niega estas acusaciones. Su gobierno reaccionó al cierre de la frontera expresando «lamento el cierre unilateral de la frontera por parte de Burundi».
El grupo rebelde burundés Red Tabara se atribuyó la responsabilidad del ataque de diciembre y dijo que mató a nueve soldados y un oficial de policía. Este grupo rebelde burundés opera en la provincia de Kivu del Sur de la República Democrática del Congo, cerca de la frontera con Burundi.
No es la primera vez que Burundi cierra sus fronteras con Ruanda. En 2015, las autoridades burundesas cerraron las fronteras debido a las tensiones políticas y luego a la pandemia de Covid-19. Fueron necesarios siete años para reabrirlos, aunque los pasos terrestres nunca fueron interrumpidos.
Para Ruanda, esta nueva tensión diplomática se suma a la que tiene con la República Democrática del Congo. En julio de 2023, el ejército congoleño dijo que las fuerzas ruandesas habían cruzado su frontera y atacado a sus fuerzas de seguridad fronteriza, lo que podría intensificar las tensiones entre los dos países vecinos de África Central.
«Burundi advirtió sobre una confrontación militar «Bintou Keita, representante especial de la ONU en la República Democrática del Congo, advirtió al Consejo de Seguridad que las tensiones entre Congo y Ruanda habían aumentado, aumentando el riesgo de una confrontación militar que podría involucrar a Burundi.