El conflicto palestino-israelí ha vuelto a ocupar los titulares y las discusiones internacionales. El 8 de octubre, Israel comenzó su defensa ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra las afirmaciones de Sudáfrica de que la guerra con Hamás constituye un genocidio contra los palestinos.
Israel niega rotundamente las acusaciones y un abogado en la sala del tribunal de la CIJ dijo que se estaba abusando del término «genocidio». Se espera que el caso ante la CIJ tarde varios años en resolverse, pero Sudáfrica está pidiendo al tribunal que ordene la suspensión inmediata de la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza.
El ataque de Hamás desde Gaza al sur de Israel el 7 de octubre, que desató la guerra, dejó alrededor de 1.200 personas muertas y alrededor de 250 más fueron tomadas como rehenes por militantes. Según el Ministerio de Salud del territorio controlado por Hamás, la ofensiva aérea, terrestre y marítima de Israel en la Franja de Gaza ha matado a más de 23.000 personas, el 70 por ciento de ellas mujeres y niños.
El recuento no distingue entre civiles y combatientes. Mientras tanto, manifestantes pro palestinos se reunieron frente a la Corte Internacional de Justicia para protestar por la intervención de Israel. Coreaban «Palestina libre» y «Larga vida a Sudáfrica», mientras ondeaban banderas palestinas y carteles exigiendo el fin de los bombardeos en Gaza.
Israel a menudo boicotea los tribunales internacionales y las investigaciones de la ONU, diciendo que son injustas y parciales. Sin embargo, para mostrar la importancia que otorgan a este caso, los líderes israelíes enviaron excepcionalmente un equipo legal y se comprometieron con la CIJ para defender su reputación.
El conflicto palestino-israelí es un tema complejo y emotivo que da lugar a opiniones divergentes y apasionadas. Las discusiones dentro de la CIJ serán muy publicitadas y se observará de cerca el progreso de este caso.