“El líder de la secta que incitó a sus seguidores a morir de hambre: la justicia keniana ordena procesamiento”

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En un caso impactante que ha sacudido a Kenia, el tribunal ha dado a las autoridades 14 días para procesar a un presunto líder de una secta o deberá ser liberado después de permanecer detenido durante nueve meses. Paul Nthenge Mackenzie, ex taxista y presunto pastor de la Iglesia evangélica Good News International, está acusado de incitar a cientos de sus seguidores a morir de hambre «para encontrarse con Jesús».

El caso estalló el pasado mes de abril cuando se descubrieron restos humanos en el bosque de Shakahola cerca de Malindi, en la costa del país. Desde entonces, la investigación continúa para determinar qué sucedió realmente en este bosque donde Mackenzie y sus coacusados ​​supuestamente impidieron a sus seguidores romper el ayuno o escapar.

Este presunto asesinato ha provocado incomprensión en un país predominantemente cristiano como Kenia, que tiene alrededor de 4.000 “iglesias” registradas oficialmente según datos del gobierno. Sin embargo, a menudo resulta difícil regular las iglesias y sectas sin escrúpulos que participan en actividades delictivas.

El juez Yusuf Abdallah Shikanda dijo que se trataba de la detención preventiva más larga en la historia del país desde la redacción de la Constitución en 2010. Por lo tanto, ordenó a los fiscales que persiguieran a Mackenzie y a sus 29 coacusados ​​en los próximos 14 días, de lo contrario podrían ser procesados. liberado.

En mayo, los fiscales plantearon la posibilidad de procesar a Mackenzie por «terrorismo» el día después del descubrimiento de los primeros cadáveres en el bosque. Hasta el momento se han encontrado 429 cadáveres. Las autopsias revelaron que la mayoría de las víctimas murieron de hambre, pero otras, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas.

Un comité de investigación del Senado informó en octubre que el presunto pastor había sido acusado previamente en 2017 por su predicación extrema, pero que «el sistema de justicia no logró disuadir las atroces actividades de Paul Mackenzie en Shakahola». En 2019, fue acusado de tener vínculos con la muerte de dos niños que supuestamente fueron asesinados de hambre, asfixiados y enterrados en una tumba poco profunda en el bosque de Shakahola. Quedó en libertad bajo fianza en espera de juicio.

Este trágico caso pone de relieve los desafíos que enfrenta Kenia a la hora de regular y controlar los grupos y sectas religiosas que explotan la fe de sus seguidores con fines delictivos. Es fundamental que se tomen medidas para proteger a la población y evitar que este tipo de eventos vuelvan a ocurrir en el futuro. Se debe hacer justicia y los responsables de esta tragedia deben rendir cuentas de sus acciones.

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