“¿Pueden los gatos, nuestros amigos de cuatro patas, realmente causar esquizofrenia?” Descubre la nueva investigación”

Los gatos son adorables y populares entre muchos dueños, pero un estudio reciente realizado por el Park Center for Mental Health en Australia sugiere que tener un gato podría ser un factor de riesgo importante para la esquizofrenia. Este estudio, publicado en el Journal Schizophrenia Bulletin, analizó datos de 1.915 estudios identificados de 11 países diferentes.

Investigaciones adicionales también han destacado la edad como un factor potencialmente influyente. Un estudio finlandés encontró puntuaciones más altas en aberración perceptiva (ver cosas que no existen), esquizoidía (preferencia por la soledad y falta de interés en la interacción social) y anedoquia social (placer reducido durante las interacciones sociales) en personas expuestas a gatos antes de la siete años.

Un estudio británico también encontró vínculos entre la exposición infantil a gatos y experiencias psicóticas más intensas a los 13 años.

Sin embargo, es importante señalar que correlación no significa necesariamente causalidad directa. Otros factores, como las predisposiciones genéticas y el entorno, pueden desempeñar un papel crucial en la salud mental.

Pero, ¿cómo podrían los gatos causar problemas mentales?

Los investigadores creen que el culpable puede ser un parásito llamado Toxoplasma gondii, que se encuentra en la arena para gatos. Los estudios han demostrado que este parásito tiene un impacto negativo sobre los niveles de dopamina y testosterona en el cerebro humano.

Entonces, ¿qué deberían hacer los dueños de gatos? ¿Deberíamos separarnos de nuestros amigos felinos?

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