Desde hace cuatro meses, Stanis Bujakera, director adjunto de publicaciones del sitio Actualite.cd y corresponsal de Jeune Afrique y Reuters, está detenido en la prisión de Makala, en Kinshasa. Su encarcelamiento se produjo tras la publicación de un artículo de la redacción de Jeune Afrique, que implicaba a la inteligencia militar congoleña en el asesinato de Chérubin Okende, un ex ministro que se convirtió en opositor.
Este asunto despertó la indignación de un grupo de periodistas, defensores de derechos humanos e intelectuales, que firmaron una plataforma para exigir la liberación inmediata de Stanis Bujakera. Subrayan la competencia y el profesionalismo de los periodistas y piden a las autoridades que respeten la libertad de prensa y de expresión, pilares esenciales de cualquier democracia.
Sin embargo, el asunto acaba de dar un nuevo giro. El perito encargado de realizar una segunda opinión solicitada por la defensa indicó a los jueces que no estaba en condiciones de cumplir su misión. Explicó que sus equipos se habían dañado y tenía que adquirir otros nuevos, lo que llevaría mucho tiempo. Sin embargo, el abogado de Stanis Bujakera cuestiona la competencia de este experto, destacando que no tiene las habilidades necesarias para abordar cuestiones de telecomunicaciones.
Este caso pone de relieve las dificultades que pueden afrontar los periodistas a la hora de ejercer su profesión con rigor y profesionalismo. Lamentablemente, esta situación no es un caso aislado en África, donde el espacio cívico se está reduciendo cada vez más. Es esencial que la sociedad civil africana se movilice para apoyar a los periodistas detenidos injustamente y defender los valores democráticos.
En conclusión, el caso Stanis Bujakera pone de relieve los peligros que enfrentan los periodistas en África cuando se atreven a abordar temas delicados. Es crucial defender la libertad de prensa y proteger a quienes la practican con integridad. La movilización de la sociedad civil es esencial para reducir los ataques a la libertad de expresión y permitir que los periodistas continúen su misión informativa sin temor a represalias.