Operación de cierre en Kinshasa: un duro golpe para los presuntos delincuentes
En una operación de cierre llevada a cabo por la Policía Nacional Congoleña, un grupo de 289 presuntos delincuentes fueron detenidos en Kinshasa. Esta operación, que tuvo lugar la noche del 15 al 16 de enero, demuestra la determinación de las autoridades de erradicar el bandidaje en la capital congoleña.
Entre los presuntos delincuentes arrestados, 210 fueron interceptados durante la operación de cierre, mientras que 77 fueron arrestados de forma regular. Entre ellos, dos personas son sospechosas de ser las autoras del incendio de un autobús de la empresa Transco en el bulevar Lumumba el pasado mes de diciembre.
La detención de estos individuos fue presentada al público en general, en particular a los familiares de las víctimas que sufren a diario las fechorías de estos delincuentes. Esta manifestación pública pretende no sólo mostrar la eficacia de la policía, sino también tranquilizar a la población sobre la seguridad de la ciudad.
Según el subcomisario de división, Blaise Kilimbalimba, la búsqueda de estos presuntos delincuentes forma parte de la misión esencial de la policía, que es garantizar la seguridad de las personas y sus bienes. Esta operación especial de cierre se puso en marcha para luchar contra los jóvenes delincuentes comúnmente conocidos como “Kuluna”.
Es importante señalar que esta operación llega en un momento clave, en vísperas de la toma de posesión del reelegido presidente Félix Tshisekedi, que tendrá lugar el 20 de enero. De este modo, pretende reforzar la seguridad en la capital congoleña antes de este gran acontecimiento.
Sin embargo, el comandante provincial de la Policía Nacional Congoleña quiso subrayar la importancia de no ceder a los rumores y a la intoxicación mediática. Pide a la población que consulte los comunicados de prensa oficiales de las autoridades competentes para obtener información fiable.
Esta operación de cierre, que tuvo lugar en los cuatro distritos de Kinshasa, se centró especialmente en zonas conocidas por la inseguridad, en particular los municipios de Selembao, Ngaliema y Masina. La policía había recibido alertas de una amenaza inminente a la seguridad y respondió en consecuencia.
La lucha contra la inseguridad, en particular el fenómeno de los secuestros y el aumento de los crímenes cometidos por los «Kuluna», sigue siendo una prioridad para las autoridades congoleñas. Esta operación de cierre demuestra su deseo de afrontar estos problemas y restablecer la seguridad en la capital.
Al arrestar a estos presuntos delincuentes, la Policía Nacional Congoleña envía un mensaje contundente: el bandidaje no será tolerado y quienes lo cometan serán llevados ante la justicia. Esta operación constituye un paso importante en la lucha contra la delincuencia en Kinshasa y ofrece renovadas esperanzas a la población que aspira a vivir en seguridad.