A partir del 18 de enero se observó una intensificación de los combates entre las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y el grupo terrorista Movimiento 23 de Marzo (M23) en la provincia de Kivu del Norte. Según fuentes locales, los enfrentamientos dejaron una decena de muertos y provocaron la destrucción de material militar del M23 cerca de la granja denominada «Espoir» en la carretera Sake-Kitshanga.
El ejército congoleño ha llevado a cabo ataques aéreos utilizando sus drones CH4, pero el gobierno aún no ha publicado ninguna información oficial. Sin embargo, el portavoz de la rebelión, Willy Ngoma, confirmó los ataques sin revelar la magnitud de los daños.
Fuentes locales también informaron de la llegada de unos 150 soldados adicionales procedentes de Ruanda, con el objetivo de lanzar ataques conjuntos con los combatientes del M23. Estos nuevos ataques se suceden a los ocurridos el pasado martes en Kitshanga.
Los aviones de combate proporcionaron apoyo de artillería terrestre, en consonancia con el inicio de operaciones militares conjuntas con la Misión de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC).
El M23 ya ha sufrido numerosas pérdidas y se han registrado numerosos heridos. Los combates continúan en la región, lo que demuestra la determinación de las FARDC de luchar contra el grupo terrorista.
En conclusión, la presión sobre la M23 en la provincia de Kivu del Norte se está intensificando. Las fuerzas armadas congoleñas están llevando a cabo ataques aéreos con sus drones CH4 para debilitar las posiciones enemigas. Además, la llegada de refuerzos militares procedentes de Ruanda indica una escalada de los enfrentamientos. Queda por ver cómo evolucionará esta situación y cuál será el resultado de los combates entre las FARDC y el M23.