El templo Ram Janmabhoomi Mandir en Ayodhya está a punto de ser inaugurado y la emoción es palpable. A la ciudad india comenzaron a llegar lujosos obsequios como preparación para este evento tan esperado por los hindúes. El templo, que aún no está completamente terminado, es el resultado de una promesa de larga data del primer ministro indio, Narendra Modi, de construir un templo hindú en el sitio de una mezquita destruida por alborotadores hindúes hace más de 30 años.
Sin embargo, esta ceremonia de inauguración es muy controvertida. Si bien muchos hindúes se regocijarán con su inauguración, la minoría musulmana del país teme que refuerce las divisiones religiosas cada vez más profundas bajo el gobierno del Partido Bharatiya Janata (BJP) de Modi.
¿Qué está pasando en Ayodhya el lunes?
Durante la ceremonia, se develará dentro del templo una estatua de Lord Ram, una de las deidades más veneradas del hinduismo, en una celebración encabezada por Modi y transmitida a millones de personas. Más de 7.000 personas fueron invitadas a asistir personalmente a la ceremonia, incluidas figuras políticas de alto perfil de todo el país.
Se espera que alrededor de 100 aviones fletados lleguen a Ayodhya el lunes, los precios de los hoteles se dispararán y las reservas de última hora costarán más de 1.200 dólares al día, según los medios locales.
Desde el 16 de enero, los sacerdotes han realizado oraciones y rituales mientras los trabajadores trasladaban la estatua al complejo del templo. Los líderes del BJP han concedido numerosas entrevistas televisivas sobre los acontecimientos, y los canales de televisión indios transmiten cobertura las 24 horas del día de las festividades del templo.
También se espera que la ceremonia sea retransmitida en el extranjero desde las embajadas indias y en enormes pantallas de televisión en Times Square de Nueva York.
Antes del evento, Modi ayuna y reza en un ritual de 11 días impregnado de simbolismo religioso hindú.
¿Por qué el Ram Mandir es tan controvertido?
El sitio del templo alguna vez fue el hogar de Babri Masjid, una mezquita del siglo XVI construida durante el gobierno mogol en la India. Sin embargo, muchos hindúes creen que Babri Masjid fue construida sobre las ruinas de un templo hindú, destruido por Babur, el primer emperador mogol del sur de Asia.
El sitio tiene un gran significado para los hindúes, ya que creen que es el lugar de nacimiento de Lord Ram, ahora honrado con la construcción del nuevo Ram Mandir.
Los grupos nacionalistas hindúes llevan mucho tiempo haciendo campaña por la destrucción de la mezquita para construir un templo en su lugar. En 1992, alentados por el BJP y otros grupos de extrema derecha, extremistas hindúes la atacaron con martillos, lo que desató una violencia comunitaria generalizada..
Decenas de templos y mezquitas también fueron blanco de una serie de ataques de represalia que dejaron más de 2.000 muertos en todo el país.
La violencia fue una de las peores vistas en la India desde los sangrientos enfrentamientos que acompañaron la partición después de la independencia en 1947.
Durante los años siguientes, los nacionalistas hindúes se movilizaron para construir el Ram Mandir en el lugar de la mezquita destruida, lo que desató un enfrentamiento emocional y políticamente cargado que duró décadas.
En 2019, la Corte Suprema de la India permitió a los hindúes construir el templo en el sitio en disputa, poniendo fin a la disputa.
La decisión fue vista como una victoria para Modi y sus partidarios, pero fue vista como un golpe para muchos musulmanes para quienes la destrucción de Babri Masjid sigue siendo una fuente de profundas tensiones y pérdidas.
¿Cuál es el papel de Modi en el templo?
Modi llegó al poder en 2014 con la promesa de reformar la economía del país e iniciar una nueva era de desarrollo, pero a lo largo de su carrera política también ha apoyado firmemente la agenda Hindutva, una ideología que valora que la India debería convertirse en una tierra para los hindúes.
Una vez en el poder, el partido de Modi se movilizó para construir el Ram Mandir en Ayodhya, una promesa hecha a sus votantes de base, una medida que muchos consideraron que favorecía a la mayoría hindú del país.
Cuando el Tribunal Supremo emitió su veredicto hace cuatro años, Modi dijo que la decisión había «traído un nuevo amanecer» a la nación y conduciría a «la creación de una nueva India».
Los críticos dicen que los políticos nacionalistas hindúes han alejado a la India de sus principios fundacionales seculares y que la construcción del templo en Ayodhya es la culminación de su campaña de varias décadas para transformar el país.
Se espera que la apertura del templo la próxima semana impulse aún más el nacionalismo hindú y fortalezca el apoyo a Modi y su partido de cara a las próximas elecciones. Sin embargo, esto sólo profundizará aún más las divisiones religiosas y étnicas en el país, dejando a la minoría musulmana sintiéndose marginada y excluida.
La inauguración también plantea interrogantes sobre el secularismo de la India y la protección de los derechos de las minorías. India es un país diverso con una historia rica y compleja, pero es esencial que todas las comunidades religiosas se sientan respetadas y representadas en el panorama político y social. La construcción del templo debería ser una ocasión de celebración, pero no debe realizarse a expensas de la cohesión social y la igualdad de derechos para todos los ciudadanos indios.