Título: “Trabajadores universitarios nigerianos protestan por el impago del salario mínimo desde 2019”
Introducción :
Los empleados de las universidades nigerianas no pueden soportarlo más. Desde 2019 exigen el pago del salario mínimo de 30.000 naira, pero sus demandas han sido desoídas. Ante esta injusticia, el personal de la Asociación de Personal Superior de Universidades de Nigeria (SSANU), los Sindicatos de Personal No Docente e Instituciones Educativas Afines (NASU) y la Asociación Nacional de Tecnólogos Académicos (NAAT) han decidido tomar medidas. Se organizó una manifestación para denunciar esta situación inaceptable.
Quejas legítimas:
El personal de la universidad deplora el flagrante incumplimiento del salario mínimo durante dos años. Las pancartas sostenidas durante la manifestación eran inequívocas: «Somos trabajadores, no esclavos», «No discriminación en el pago de salarios», «No recibimos el salario mínimo desde 2019», «Ayedatiwa, libera nuestro subsidio». Los empleados están exasperados por esta injusticia y exigen que se respeten sus derechos.
Una movilización visible:
La manifestación contó con una gran asistencia, con cánticos de solidaridad y se formó una barricada en la carretera Okitipupa-Igbokoda, lo que provocó importantes atascos. La puerta principal de la institución fue cerrada simbólicamente para mostrar el impacto de esta protesta. Los sindicatos unieron fuerzas para formar el Congreso de Acción Conjunta (JAC) y plantearon sus demandas comunes.
Expectativas legítimas:
El presidente de la JAC, Temidayo Temola, destacó en conferencia de prensa que esta protesta se lleva a cabo en conjunto con otras instituciones terciarias del estado. Dijo que el impago del salario mínimo es una injusticia flagrante y pidió al gobierno que tome medidas inmediatas para abordar la situación. Los empleados universitarios merecen ser reconocidos y compensados de manera justa.
Conclusión :
Es hora de que el gobierno nigeriano escuche las demandas legítimas del personal universitario. El respeto del salario mínimo es un derecho fundamental y no debe descuidarse. Los empleados de la universidad han demostrado una movilización fuerte y unida y esperan que finalmente se escuchen sus voces. Existe una necesidad urgente de adoptar medidas concretas para poner fin a esta injusticia y dar a los trabajadores académicos nigerianos la remuneración que merecen.