La industria de importación de automóviles en Nigeria ha experimentado un fuerte descenso debido a la actual situación económica del país. Con la naira cotizando a 1,418 libras esterlinas por dólar en el mercado paralelo y una inflación del 28,92%, las importaciones de automóviles a través de los puertos nigerianos han caído significativamente de 194.550 unidades en 2022 a solo 132.293 unidades este año.
Los fabricantes de automóviles locales también se han visto afectados por esta crisis, especialmente aquellos que producen vehículos asequibles dirigidos a las clases más bajas de la población. La producción de estos coches fabricados en Nigeria se ha convertido en una auténtica pesadilla.
Según el presidente nacional de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de Nigeria, Ajibola Adedoyin, la reducción del 60% en la importación de automóviles es sólo una estimación conservadora, dado el gran número de concesionarios que han tenido que abandonar sus negocios debido a la crisis del sector.
Esta situación tendrá un impacto negativo en los usuarios del transporte público, ya que los propietarios de vehículos se verán obligados a repercutir los elevados costes de las tarifas de transporte. Además, se teme un aumento de los accidentes de tráfico, ya que a los transportistas les resultará difícil sustituir los vehículos desgastados y se verán obligados a seguir utilizando vehículos viejos y defectuosos.
Según Adedoyin, esta crisis en la industria del automóvil está relacionada con la depreciación del naira y la volatilidad en el mercado de divisas. D’autres facteurs tels que les frais élevés, les taxes, la politique d’évaluation des numéros d’identification des véhicules par les services des douanes nigérianes, la pauvreté croissante et la faiblesse du pouvoir d’achat des consommateurs ont également contribué à cette apuro.
Por tanto, es necesario que se adopten medidas para abordar estas cuestiones y apoyar a la industria del automóvil en Nigeria. La estabilización del valor de la naira, las reducciones de impuestos y las políticas favorables a la producción local podrían ser soluciones a considerar. Mientras tanto, los consumidores nigerianos enfrentarán precios más altos de los automóviles y un transporte público más caro.