La familia Okende y sus allegados toman la decisión de enterrar el cuerpo del ex Ministro de Transportes y Comunicaciones, Chérubin Okende, sin esperar las conclusiones del informe de la autopsia. Esta decisión surge tras su decepción por la falta de transparencia del sistema judicial congoleño, que investiga el asesinato del ex ministro desde hace seis meses sin hacer públicos los resultados de la investigación.
La viuda, los hijos y los hermanos de Okende expresan su frustración por la falta de avances en el caso y la falta de cooperación de las autoridades legales. A pesar de enviar siete cartas que quedaron sin respuesta, la familia nunca recibió información sobre las circunstancias exactas de la muerte de Chérubin Okende.
Sin embargo, la justicia congoleña había pedido a expertos extranjeros, en particular sudafricanos, belgas y de la MONUSCO, que llevaran a cabo la investigación y la autopsia. Sin embargo, estos esfuerzos no han resultado en ningún progreso significativo.
Ante este impasse, la familia Okende decidió poner fin a la espera y ejerció la opción de enterrar a Chérubin Okende sin esperar el informe de la autopsia. Esta decisión marca el fin de un duelo prolongado y la familia ahora da la espalda a la justicia congoleña y considera recurrir a las instituciones internacionales para obtener justicia.
Cabe recordar que la familia de Chérubin Okende había recurrido al abogado belga, Alexis Deswaef, para que presentara una denuncia en Bélgica contra el general Christian Ndaywel, jefe de la inteligencia militar. Esta denuncia se basó en nuevos elementos de que dispuso el abogado.
El asesinato de Chérubin Okende, diputado y opositor político, suscitó una gran emoción el pasado mes de julio. Su cuerpo fue encontrado en su jeep en la Avenue Produits Lourds en Kinshasa. Según los informes, fue secuestrado el día anterior por hombres armados, mientras que su conductor y su guardaespaldas fueron arrestados.
Este caso, que sigue sin resolverse, ilustra las dificultades del sistema judicial congoleño para esclarecer los crímenes políticos. La decisión de la familia Okende de enterrar a su ser querido sin esperar el informe de la autopsia pone de relieve su desilusión y su pérdida de confianza en las autoridades locales.