Actualmente se habla mucho de la llegada de nuevos mercenarios rusos al Sahel. Tras la salida del Grupo Wagner, un nuevo contingente denominado «Cuerpo Africano» fue desplegado en Burkina Faso, lo que despertó interés y preocupación en la región.
Según un anuncio publicado en la red social Télégram, el «cuerpo africano» prevé reforzar su plantilla con 200 hombres más y ampliar sus operaciones a cinco países: la República Centroafricana, Libia, Malí, Burkina Faso y Níger. Sin embargo, esta perspectiva tiene dificultades para lograr consenso, particularmente en Níger.
De hecho, durante una reunión en Moscú entre los Ministros de Defensa de Níger y sus homólogos rusos, se planteó la cuestión de la llegada de este nuevo contingente. Sin embargo, no se ha aclarado si esto formaba realmente parte de las discusiones sobre la adquisición de equipamiento militar y el entrenamiento de los soldados nigerinos.
En Níger, la cuestión de la llegada de soldados rusos divide profundamente. Durante una reunión en el cuartel general del ejército surgieron tensiones entre los prorrusos y quienes se oponen a esta opción. Los debates fueron acalorados y las diferencias de opinión ahora son conocidas por el público en general.
Por un lado están los partidarios de una cooperación más estrecha con Rusia, entre ellos el general Tiani, jefe de la junta, y Salifou Modi, ministro de Defensa. Por otra parte, Moussa Barmou, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, favorable a las relaciones con Estados Unidos y reconocido como un hombre de Washington, expresó fuertemente su oposición a la opción rusa.
Esta compleja situación plantea muchas dudas sobre los objetivos reales de la llegada de estos nuevos mercenarios rusos al Sahel. ¿Cuál será su papel e impacto en la región? ¿Cuál será su relación con las fuerzas locales e internacionales ya presentes sobre el terreno? Estas cuestiones están en el centro de las preocupaciones de los actores políticos y militares de la región, pero también de la comunidad internacional.
Por tanto, es fundamental seguir de cerca la evolución de esta situación y analizar las consecuencias que podría tener sobre la estabilidad y seguridad del Sahel. La presencia de mercenarios rusos está atrayendo un interés creciente, pero también genera preocupación sobre posibles rivalidades entre las grandes potencias y el impacto en las poblaciones locales.
En conclusión, la llegada de nuevos mercenarios rusos al Sahel representa una cuestión importante que debe seguirse de cerca. Las diferencias de opinión entre los actores nigerinos demuestran las tensiones subyacentes a esta situación. Es crucial comprender las motivaciones y los objetivos reales de estas nuevas tropas para evaluar las consecuencias para la región y las poblaciones locales.