Los rebeldes de las ADF siguen sembrando el terror en la región de Beni, en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo. El 29 de enero se produjo un ataque en las aldeas de Matadi y Kangayi que dejó al menos ocho víctimas, entre ellas dos mujeres. Los atacantes atacaron a civiles que regresaban de los campos y los mataron con cuchillos.
La sociedad civil de Beni deplora una situación alarmante, en la que las autoridades militares parecen ignorar las alertas sobre la presencia de rebeldes de las ADF en la región. El presidente de la sociedad civil Mamove, Kinos Katuho, pide que se pongan en marcha operaciones conjuntas entre las fuerzas armadas congoleñas y ugandesas para contrarrestar los mortíferos ataques de estos milicianos.
Las consecuencias de este ataque fueron desastrosas para la población, que se vio obligada a huir a los pueblos vecinos en busca de protección. Lamentablemente, parece que la violencia continúa aumentando en la región y existe una necesidad urgente de medidas concretas para poner fin a esta espiral de violencia.
También es preocupante que las autoridades no estén respondiendo adecuadamente a estos ataques recurrentes. La población civil es la primera víctima de estos grupos rebeldes y es imperativo garantizar la seguridad y protección de los habitantes de la región del Beni.
En conclusión, es crucial que las autoridades congoleñas y ugandesas unan fuerzas para poner fin a los ataques de los rebeldes de las ADF en la región de Beni. Es necesario tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de los civiles y poner fin a esta violencia que continúa extendiéndose. La población del Beni merece vivir en paz y seguridad, y es nuestro deber apoyar y acompañar los esfuerzos encaminados a lograr este objetivo.