En 2024, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento global del 3,1%, y un aumento del 3,4% en 2025. Estas previsiones son ligeramente superiores a las emitidas en octubre de 2023, gracias a la inesperada resistencia de Estados Unidos -Estados Unidos y varios otros países. Sin embargo, estas cifras se mantienen por debajo del promedio histórico de crecimiento, con altas tasas de interés, un retiro del apoyo fiscal y baja productividad.
También se espera que la inflación mundial disminuya más rápido de lo esperado, con una disminución estimada del 5,8% en 2024 y del 4,4% en 2025. El FMI enfatiza que esta desinflación, combinada con un crecimiento constante, reduce los riesgos de una crisis económica importante. Sin embargo, advierte contra una desinflación demasiado rápida que podría requerir una política monetaria más flexible.
Por lo tanto, las perspectivas económicas mundiales para los próximos años parecen relativamente estables, con signos de resiliencia y desinflación. Esto ofrece oportunidades, pero también desafíos para quienes toman decisiones políticas y económicas. Será necesaria una gestión prudente de las políticas fiscal y monetaria para apoyar el crecimiento evitando al mismo tiempo la inestabilidad económica.
En conclusión, las perspectivas económicas mundiales para 2024 y años posteriores ofrecen motivos para el optimismo, con un crecimiento esperado, aunque moderado, y una inflación en descenso. Es importante adoptar políticas prudentes para sostener este crecimiento y evitar riesgos potenciales. El mundo está llamado a permanecer vigilante y adaptarse a la evolución económica para garantizar la prosperidad a largo plazo.