Namibia está de luto tras la muerte de su querido Presidente, Hage Geingob, a la edad de 82 años. Como líder respetado, Geingob desempeñó un papel central en la estabilidad democrática del país, habiendo vivido en el exilio en Botswana y Estados Unidos como activista contra el apartheid.
En una vigilia con velas en Windhoek, la capital de Namibia, muchos ciudadanos rindieron homenaje a su difunto presidente. Sidney Boois, uno de los participantes, dijo que derramó lágrimas al escuchar la noticia y destacó la importancia de la relación personal entre Geingob y el pueblo de Namibia. Geingob era conocido por su capacidad para conectarse con los ciudadanos y comprender las preocupaciones de la nación.
Más allá de Namibia, han llegado homenajes de todo el mundo para saludar la carrera de Geingob. A pesar de su personalidad discreta, fue un firme defensor de la agenda africana en los asuntos mundiales. Mantuvo estrechas relaciones con Estados Unidos y otros países occidentales, al tiempo que desarrolló vínculos cálidos con China y otras potencias importantes. Su fuerte voz también se ha alzado en cuestiones nacionales e internacionales, como cuando criticó a Alemania por su apoyo a Israel después de que Sudáfrica presentara una denuncia contra Israel por genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza.
Geingob también jugó un papel crucial en el reconocimiento del genocidio que tuvo lugar en Namibia entre 1904 y 1908, cuando miles de personas fueron asesinadas por las fuerzas coloniales. En 2021, Alemania finalmente reconoció su responsabilidad y prometió más de mil millones de dólares para proyectos de infraestructura en el país.
Tras la muerte de Geingob, el vicepresidente Nangolo Mbumba prestó juramento como presidente interino para completar su segundo y último mandato. Las elecciones presidenciales tendrán lugar en noviembre, cuando asumirá el cargo el nuevo presidente electo.
Namibia recordará a Hage Geingob como un líder visionario y comprometido, cuyo legado perdurará en la historia del país. Su liderazgo respetuoso y su capacidad para unir a la nación tuvieron un impacto y ayudaron a hacer de Namibia una de las democracias más estables de África.