El administrador del territorio de Manono, en la provincia de Tanganica, tomó recientemente la decisión de prohibir la explotación de nueve cooperativas mineras en su territorio. Esta decisión fue motivada por la falta de organización y transparencia de estas cooperativas.
De hecho, según el administrador Cyprien Kitanga, estas cooperativas operan en un entorno no regulado, en particular debido a la falta de oficinas en la región. Además, muchos responsables de estas estructuras no residen en el territorio Manono, lo que complica su trazabilidad.
Cyprien Kitanga explica: «Hay cooperativas que existen en Manono que no tienen oficinas. Hay personas que están en otros lugares que se meten sus cooperativas en el bolsillo y no tienen oficinas. No están bien rastreadas, ya sabes, el sector minero es un sector muy sensible.
Esta decisión fue bien recibida por Dieu-Merci Kabila, director de la cooperativa Salama, que supervisa a los excavadores artesanales. Considera que algunas cooperativas no trabajan en interés de los excavadores y no contribuyen al desarrollo de la región.
Desde 2002, numerosas cooperativas mineras operan en Manono, explotando en particular coltán y casiterita. Sin embargo, a pesar de esta actividad minera, las condiciones de vida de los excavadores artesanales no han cambiado y la infraestructura social es inexistente.
Según Dieu-Merci Kabila, «los artesanos no cambian de vida, siempre están sufriendo y no hay un solo excavador que pueda mostrarte la casa que él construyó. Aquí ni siquiera hay una cooperativa que haya pensado en construirla». Incluso un pequeño centro de salud. Todo lo que concierne a las normas sociales es ignorado por estas cooperativas mineras.»
Por lo tanto, esta situación plantea interrogantes sobre la gestión de las cooperativas mineras en Manono y destaca la necesidad de una regulación más estricta y una mejor supervisión de estas actividades para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo para todas las partes interesadas.