En un contexto marcado por la inestabilidad y los conflictos armados, la República Democrática del Congo (RDC) enfrenta una amenaza persistente, particularmente en la región de Kivu del Norte. La reciente declaración del gobierno condenando los atentados perpetrados por la coalición RDF/M23 pone de relieve una vez más los desafíos de seguridad que enfrenta el país.
Los bombardeos indiscriminados, que tuvieron lugar la noche del 6 al 7 de febrero de 2024 en Nzulo y a primera hora de la mañana en Goma, se dirigieron deliberadamente contra poblaciones civiles, tras un primer ataque unos días antes. El gobierno de la República Democrática del Congo condena enérgicamente estos actos de violencia perpetrados por la coalición y afirma su deseo de proteger a las poblaciones y defender la integridad territorial del país.
Ante estos ataques, las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) reaccionaron con determinación liderando una contraofensiva que restableció la seguridad en la ciudad de Sake. El gobierno expresa su solidaridad con las poblaciones afectadas y recuerda que estos actos constituyen crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos, que no quedarán impunes.
En este contexto, el gobierno recuerda también su compromiso de respetar la hoja de ruta de Luanda, que prevé, en particular, el alto el fuego, el desarme y el acantonamiento del M23, así como la retirada del ejército ruandés del suelo congoleño. Estas medidas son esenciales para restablecer la paz en la región y garantizar la estabilidad en la subregión.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los combates continúan en el territorio de Masisi, y se informó de enfrentamientos en varias colinas alrededor de la ciudad de Sake. Se hace un llamado a la población a mantener la calma y la vigilancia, mientras las FARDC continúan defendiendo a las poblaciones civiles y protegiendo al país.
Esta situación pone de relieve una vez más los desafíos que enfrenta la República Democrática del Congo y la importancia de encontrar soluciones duraderas para poner fin a la violencia y permitir el desarrollo del país. La comunidad internacional debe seguir apoyando los esfuerzos de la República Democrática del Congo en esta dirección, promoviendo la estabilización de la región y el respeto de los derechos humanos.
En conclusión, los recientes atentados con bombas perpetrados por la coalición RDF/M23 en la República Democrática del Congo ponen de relieve la importancia de la seguridad en la región de Kivu del Norte. El gobierno condena estos actos de violencia, al tiempo que recuerda su compromiso de proteger a la población y continuar los esfuerzos para restablecer la paz y la estabilidad en el país. Es esencial que la comunidad internacional apoye estas iniciativas para garantizar un futuro mejor para la República Democrática del Congo y sus habitantes.