El Reino Unido y Bélgica expresan su profunda preocupación por la escalada de los combates en el este de la República Democrática del Congo (RDC) y las desastrosas consecuencias que esto está teniendo para la población congoleña. Ambos países condenan enérgicamente las acciones del grupo armado M23, así como de todos los demás grupos armados ilegales de la región, enfatizando que no hacen más que agravar el sufrimiento de civiles inocentes.
Según un comunicado de prensa de la Embajada británica en la República Democrática del Congo, más de 135.000 personas fueron desplazadas en una sola semana en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, incluidas decenas de miles tras los ataques del M23. Esta situación de inseguridad debilita aún más a la población congoleña, que ya se enfrenta a una importante crisis humanitaria.
Ante esta preocupante situación, el Reino Unido apoya firmemente la idea del diálogo entre las partes en conflicto y el retorno a los procesos regionales de consolidación de la paz. Para él, el diálogo y la cooperación regional ofrecen las mejores posibilidades de lograr una paz duradera en la región.
Por su parte, Bélgica se suma a esta posición expresando su profunda preocupación por el recrudecimiento de la violencia en la región de Kivu Norte de la República Democrática del Congo. El país condena todos los ataques contra la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) y pide el fin inmediato de la violencia.
Bélgica también insta a Ruanda a que ponga fin a todo apoyo al grupo armado M23 y reconoce la importancia de las declaraciones de las autoridades congoleñas sobre la colaboración de las fuerzas armadas congoleñas con el grupo armado FDLR. Es esencial poner fin a esta violencia para permitir la estabilidad y el desarrollo sostenible en la República Democrática del Congo.
La escalada de los combates en el este de la República Democrática del Congo constituye una verdadera emergencia humanitaria. La comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos para poner fin a esta violencia y apoyar a las poblaciones vulnerables que enfrentan desplazamientos masivos y condiciones de vida precarias.
Es crucial que los actores internacionales sigan movilizándose para apoyar las acciones de paz y estabilización en la República Democrática del Congo. Sólo se puede encontrar una solución duradera mediante la cooperación regional y el diálogo inclusivo entre todas las partes interesadas.
Es hora de poner fin a esta tragedia que se desarrolla en la República Democrática del Congo y garantizar que la población congoleña pueda finalmente vivir en paz y seguridad.