La economía senegalesa se encuentra actualmente en un período de incertidumbre tras el aplazamiento de las elecciones presidenciales. Esta decisión, tomada por el presidente Macky Sall veintidós días antes de las elecciones, despertó temores entre los empresarios locales sobre el futuro de sus negocios.
Senegal es ampliamente reconocido como uno de los motores económicos de África occidental. Ocupa el segundo lugar en términos de economía dentro de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA), justo después de Costa de Marfil. Sin embargo, a pesar de esta posición, el país enfrenta desafíos en el comercio internacional.
De hecho, los altos costos de los fletes hacen que los mercados senegaleses sean poco atractivos para muchos comerciantes internacionales. Importar bienes es costoso y complicado, lo que limita las oportunidades comerciales para los empresarios locales. Además, la confianza de los inversores y socios internacionales es fundamental para el desarrollo económico del país.
Lamentablemente, los recientes trastornos políticos, en particular los asuntos legales del opositor Ousmane Sonko, han tenido un impacto negativo en la estabilidad política y la confianza de los actores económicos. Se han observado manifestaciones violentas y actos de vandalismo que ponen en peligro las inversiones extranjeras y la sostenibilidad de las empresas internacionales presentes en Senegal.
Estos disturbios tuvieron un doble impacto en la economía del país. En primer lugar, en el corto plazo, las perturbaciones han provocado dificultades operativas para muchas empresas locales, en particular las que trabajan en el sector informal. Los cortes de energía y de acceso a Internet, los retrasos en los pagos y la escasez de billetes en los cajeros automáticos han afectado la fluidez de las actividades económicas.
Luego, a más largo plazo, estos episodios perturbadores han socavado la confianza de los socios internacionales y de los inversores extranjeros. La estabilidad política es un criterio importante a la hora de decidir invertir en un país, y acontecimientos recientes han puesto de relieve los riesgos potenciales para las empresas.
Así, el aplazamiento de las elecciones presidenciales ha creado una situación de incertidumbre económica en Senegal. Los empresarios locales temen que estos recurrentes disturbios políticos comprometan la estabilidad y el desarrollo de sus negocios. Es imperativo que se tomen medidas para restablecer la confianza de los actores económicos y fortalecer la posición de Senegal como motor económico en la región.