Los alimentos congelados y el aceite vegetal son una parte integral de nuestra dieta diaria. Nos brindan una opción rápida y conveniente para preparar nuestras comidas. Sin embargo, parece que estos productos son cada vez más escasos en los mercados de la ciudad de Kisangani, en la provincia de Tshopo.
De hecho, desde principios de año, la disponibilidad de estos productos ha disminuido considerablemente. Los barcos procedentes de Kinshasa, que normalmente suministran a Kisangani alimentos congelados y aceite vegetal, están ausentes desde hace varios meses. Esta situación provocó una escasez de existencias en los proveedores mayoristas locales, lo que se tradujo en un importante aumento de los precios.
El cartón de pollo, por ejemplo, pasó de 100.000 a 150.000 francos congoleños. Asimismo, el precio del jurel, también conocido como Mpiodi, aumentó de 270.000 a 370.000 francos congoleños. Este aumento de precios es resultado de la alta demanda durante los periodos festivos, combinada con la escasez de productos en el mercado.
Esta situación tiene repercusiones negativas para las familias de Kisangani. Los precios exorbitantes de los alimentos congelados y del aceite vegetal dificultan la compra de alimentos para muchos hogares. Como los salarios no han aumentado proporcionalmente, resulta cada vez más difícil satisfacer las necesidades alimentarias de la familia.
Sin embargo, hay un rayo de esperanza para las amas de casa de Kisangani. El precio de los frijoles en el mercado ha bajado significativamente. Una taza que se vendió por 7.000 francos congoleños el pasado mes de diciembre se cotiza actualmente a 2.000 francos congoleños. Esto puede atribuirse a la llegada de vehículos procedentes de Ituri y Kivu del Norte, que a menudo quedaban varados durante la temporada de lluvias pero que ahora pueden llegar a Kisangani durante la estación seca.
En conclusión, la creciente escasez de alimentos congelados y aceite vegetal en los mercados de Kisangani está provocando dificultades financieras y alimentarias a muchos residentes. El aumento de los precios dificulta la compra de estos productos esenciales, lo que afecta la calidad de vida de los hogares. Sin embargo, la caída del precio de los frijoles ofrece cierto alivio, ya que permite a las familias adquirir otro alimento básico a un costo menor. La situación sigue siendo preocupante y es esencial encontrar soluciones sostenibles para garantizar el acceso a una alimentación adecuada para todos.