A la hora de cuidar nuestra salud visual, es fundamental conocer en profundidad qué es el glaucoma. Esta afección implica presión dentro del ojo que, cuando es demasiado alta, puede dañar el nervio óptico. Este nervio actúa como señal de Wi-Fi entre el ojo y el cerebro, permitiendo transmitir información visual.
Al principio, el glaucoma se manifiesta de forma silenciosa e imperceptible. Sin embargo, a medida que avanza, puede provocar una pérdida grave de visión e incluso ceguera. A menudo afecta primero la visión periférica, creando la sensación de mirar a través de un túnel que se estrecha lentamente.
Las causas del glaucoma están relacionadas principalmente con la acumulación de líquido en el ojo, que puede ocurrir por varios motivos. De hecho, el sistema de drenaje del ojo puede obstruirse, como un lavabo defectuoso, o el ojo simplemente puede producir demasiado líquido. Factores como la edad avanzada, los antecedentes familiares, afecciones médicas como la diabetes, lesiones oculares y ciertos medicamentos pueden aumentar la presión intraocular y contribuir al desarrollo del glaucoma.
Para prevenir y tratar el glaucoma es fundamental realizarse exámenes oculares periódicos, especialmente si tienes más de 40 años o tienes factores de riesgo. Detectado tempranamente, el glaucoma puede tratarse y controlarse su progresión para evitar cualquier pérdida de visión.
Los tratamientos para el glaucoma varían desde gotas para los ojos hasta tratamientos con láser y cirugía, según la gravedad de la enfermedad. Por eso, es importante proteger su visión fortaleciendo sus defensas contra este ladrón silencioso.
Aunque el glaucoma pueda parecer un enemigo esquivo, no es invencible. Manteniéndose informado y tomando las medidas preventivas adecuadas, podrá proteger su visión y prevenir complicaciones de esta enfermedad ocular.