En Kenia, un funcionario keniano anunció el martes una revocación del despliegue de agentes de policía en Haití tras la escalada de violencia en este país caribeño y el anuncio de la dimisión del Primer Ministro Ariel Henry.
Kenia, originalmente planeada para liderar una fuerza policial internacional en Haití, se topó con un obstáculo legal en enero, cuando el tribunal superior falló que violaba la constitución en ausencia de acuerdos recíprocos entre los dos países.
Tras la firma de acuerdos bilaterales en marzo entre Kenia y Haití, el camino parecía despejado para el despliegue. Sin embargo, la situación sobre el terreno se deterioró rápidamente, con un aumento de la violencia entre gánsteres, incluidos ataques a comisarías de policía, aeropuertos y prisiones.
Ante estos disturbios, el presidente keniano, William Ruto, confirmó que el despliegue de agentes policiales fue pospuesto debido al caos que reina en Haití. Sin una autoridad legítima, es crucial esperar a que se instale un nuevo gobierno antes de tomar cualquier decisión futura.
En una declaración grabada, Ariel Henry sugirió que dimitiría una vez que se establezca un consejo presidencial de transición, subrayando la presión internacional para un cambio de liderazgo ante la crisis en Haití.
En Kenia, los agentes de policía seleccionados para esta misión están listos para intervenir, pero esta espera resalta la importancia de una gobernanza estable para dicha cooperación internacional.
La situación política en Haití sigue siendo compleja, con la ausencia de una asamblea electa y de un Primer Ministro interino. Este impasse político agrava una crisis ya grave marcada por la violencia de las pandillas y los desplazamientos masivos de población.
Está claro que para garantizar el éxito de esta ayuda internacional, Haití necesita un liderazgo estable y legítimo. Mientras tanto, la comunidad internacional, incluida Kenia, permanece vigilante y dispuesta a apoyar al país caribeño en su búsqueda de estabilidad y seguridad.