Situadas en un entorno natural entre montaña y mar, Tabarka y Aïn Draham ofrecen tesoros turísticos que a menudo pasan desapercibidos. Estas regiones están llenas de rutas de senderismo, artesanos talentosos y flora y fauna preservadas. A diferencia de los destinos turísticos más conocidos, Tabarka y Aïn Draham atraen principalmente a clientes locales que buscan un retorno a la naturaleza y la autenticidad.
El turismo en la gobernación de Jendouba, donde se encuentran estas joyas escondidas, ha experimentado un auge en los últimos años, gracias en particular a la afluencia de turistas argelinos y al creciente interés de los tunecinos por estas regiones.
Rania Mechergui, fundadora de la agencia de ecoturismo Dar El Ain, ofrece originales recorridos para descubrir la auténtica Tabarka. Al resaltar las riquezas de las zonas rurales y el saber hacer local, ofrece una experiencia única a los viajeros que buscan autenticidad.
Por su parte, Haykel Abidi creó Casa Del Fromagio, un lugar imprescindible en Aïn Draham para degustar quesos artesanales en un ambiente auténtico. Esta iniciativa, centrada en el ecoturismo y la promoción de productos locales, atrae cada vez más a viajeros que buscan experiencias originales.
Esta nueva forma de turismo, centrada en la ecología, el patrimonio culinario y el descubrimiento del saber hacer local, está ganando popularidad pero aún carece de un marco legislativo claro. Pese a todo, el entusiasmo de los veraneantes por estas regiones demuestra un interés creciente por un turismo más responsable y auténtico.
En definitiva, Tabarka, Aïn Draham y sus alrededores ofrecen una faceta poco conocida de Túnez, donde la naturaleza preservada, la artesanía local y las tradiciones culinarias se combinan para ofrecer una experiencia única a los viajeros en busca de autenticidad.
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