La intervención militar estadounidense en Níger abre una nueva página de su historia, tras el anuncio del gobierno de la junta militar nigerina en el que cuestiona la legitimidad de la presencia de las fuerzas armadas estadounidenses en su suelo. La medida se produce tras conversaciones de alto nivel entre las autoridades de la junta y los representantes diplomáticos y militares de Estados Unidos.
Níger desempeña un papel crucial en las operaciones militares estadounidenses en la región africana del Sahel y alberga una importante base aérea. Las preocupaciones de Estados Unidos incluyen la propagación de la violencia yihadista en la región, donde grupos locales han prometido lealtad a organizaciones extremistas como Al Qaeda y el Estado Islámico.
La junta nigerina, a través de su portavoz, el coronel mayor Amadou Abdramane, declaró que ya no justificaba la cooperación militar con Washington y criticó los recientes vuelos estadounidenses sobre territorio nigerino que considera ilegales. Este anuncio no significa necesariamente una salida de las fuerzas estadounidenses, pero plantea tensiones en torno a la soberanía de Níger.
Estados Unidos ha invertido cientos de millones de dólares en entrenar al ejército de Níger y ha establecido una importante base aérea en Agadez, utilizada para misiones de vigilancia y otras operaciones. A pesar del apoyo inicial de Estados Unidos a la junta después del golpe de julio, las relaciones se volvieron tensas y la ayuda militar fue suspendida debido a las leyes golpistas estadounidenses.
La embajadora de Estados Unidos en África, Molly Phee, y el general de la Infantería de Marina, Michael Langley, se reunieron recientemente con dignatarios nigerinos para discutir el futuro de las relaciones de seguridad. Las tensiones actuales entre los dos países plantean dudas sobre el futuro de la cooperación militar en Níger.
La decisión de la junta nigeriana de cuestionar la presencia militar estadounidense pone de relieve los desafíos del contraterrorismo en la región y pone de relieve cuestiones de soberanía y cooperación internacional. El futuro de la seguridad en Níger sigue siendo incierto, a la espera de una posible resolución de las tensiones diplomáticas entre los dos países.