Con el establecimiento del estado de sitio en mayo de 2021 en la provincia de Ituri, la violencia armada continúa impunemente, sumiendo a la población en un ciclo ininterrumpido de terror. Recientemente, la milicia «Zaire» llevó a cabo un ataque mortal en la localidad de Lidjoba, matando a cinco civiles e hiriendo a otros tres. Las víctimas, todos miembros de la comunidad lendu, fueron asesinados a tiros en sus casas, víctimas de represalias tras las acciones de los milicianos de CODECO en la región.
Esta escalada de violencia ha provocado un desplazamiento masivo de la población local hacia zonas supuestamente más seguras, reflejando el miedo y la inseguridad que reinan en la región. Estos trágicos acontecimientos subrayan la necesidad de tomar medidas inmediatas para poner fin a esta violencia y proteger a los civiles inocentes atrapados en estos conflictos mortales.
Es fundamental que la comunidad internacional siga vigilando de cerca la situación en Ituri y apoye los esfuerzos para lograr la paz y la estabilidad en la región. La violencia armada no se puede tolerar y es imperativo que los responsables de estas atrocidades sean llevados ante la justicia por sus acciones.
Es hora de poner fin a este ciclo de violencia y trabajar juntos por un futuro más seguro y pacífico para todo el pueblo de Ituri.