Las recientes manifestaciones de los atletas congoleños en los XIII Juegos Africanos causaron revuelo y revelaron un descontento palpable dentro de la delegación. De hecho, estos atletas expresaron su enfado quemando neumáticos, denunciando el retraso en el pago de sus bonificaciones y gastos de misión.
En el centro de esta polémica está el Ministro de Deportes, que había prometido a los atletas recibir lo que les correspondía a su regreso a Kinshasa, promesa que quedó en letra muerta. Un atleta, que testimonia la situación, subrayó: «Desde el 8 de marzo, antes de nuestra salida de Ghana, no hemos recibido ninguna compensación. Hemos regresado con medallas, incluida la de oro, y, sin embargo, todavía estamos esperando a nuestras autoridades. »
Sin embargo, la delegación congoleña logró una buena actuación en los Juegos Africanos, consiguiendo 18 medallas, incluidas 2 de oro. Una mejora significativa respecto a la edición anterior en Rabat, donde el país obtuvo un total de 11 medallas. Estos atletas merecen reconocimiento y respeto por sus logros, y es esencial que sus esfuerzos sean recompensados en proporción a su compromiso.
En última instancia, esta protesta resalta las dificultades que enfrentan muchos atletas cuando se trata de reconocimiento y apoyo financiero. Es fundamental que las autoridades tengan en cuenta estas demandas legítimas para garantizar un apoyo adecuado a nuestros atletas, verdaderos embajadores de la República Democrática del Congo.